miércoles, 25 de septiembre de 2013

Eyaculadores precoces

Vamos en la carretera Interamericana cuando mi hijo que no sabe nada de política me pregunta que por qué ya hay propaganda electoral si aún faltan tres años para las elecciones. Este niño sin conocer nada de la Ley Electoral pero con una gran lógica, percibe que algo raro sucede. Algo ilegal, diría yo. Las carreteras se encuentran ya pintadas y llenas de carteles de partidos políticos como Creo, Todos y Lider. Algunos tienen el descaro de poner vallas que invitan a no ensuciar el lago de Atitlán, contaminando el paisaje con su propaganda. Mientras tanto el Tribunal Supremo Electoral en lugar de parar de tajo esta situación a todas luces ilegal, parece que lo aprueba pues no ha hecho nada para detener este abuso. Lo que los partidos políticos no saben es que estas acciones precipitadas son contraproducentes para sus deseos de poder. Después de estarles viendo la carota fea durante tres años y viendo cómo desperdician recursos rompiendo la ley, muchos estamos cansados y hartos de ellos. Así solo van a conseguir el desprecio de la población inteligente y pensante. La saturación de propaganda produce rechazo. Estoy segura que no tardarán en aparecer intervenciones y grafitis en las propagandas políticas que nos recuerden que lo que están haciendo es ilegal y que solamente están mostrándose como lo que son; políticos capaces de quebrar la ley con tal de lograr su objetivo, gastadores compulsivos de recursos que solo contaminan visual y espiritualmente nuestras vidas, pinches eyaculadores precoces, egoístas y mañosos. Lucha Libre publicada en elPeriódico el miércoles 25 de septiembre del 2013.

martes, 17 de septiembre de 2013

Mala guatemalteca

En estos días dan ganas de ser rusa, sueca o uruguaya. Dan ganas de desaparecer los malos inventos como la patria, las fronteras, las banderas, los himnos y sobre todo las bolsitas de plástico que inundaron todas las calles y carreteras de Guatemala como un regalo un tanto siniestro para nuestra patria en su disque cumpleaños. El 15 de septiembre siempre me pone en aprietos ante mis hijos que ingenuos y amorosos me preguntan cuál es mi símbolo patrio favorito. Les digo que el maíz negro y me dicen que ese no existe, les digo que me gusta más el zanate que el quetzal y me ven con cara de loca. Les cuento que no creo en Tecún Uman y veo la decepción en su carita, les da tanta tristeza como si les dijera que el ratón Pérez es un mito. Me piden que les compre una banderita para el carro y yo les pido que mejor organicen una jornada de siembra de árboles o de recoger la basura, si es que tanto amor patrio tienen. Cambian de tema. Tengo claro que no quiero inculcarles a mis hijos un patriotismo de estadio, de hincha, de linchamiento patriótico. Por supuesto que quiero que ellos amen a Guatemala pero con un alto sentido crítico, sin perderse en cursilerías nacionalistas que sólo daño le hacen al país. Esta patria del criollo tal como la conocemos y celebramos hoy me da asco. No me siento representada en un escudo de armas, ni en un himno lleno de palabras violentas y expresiones marciales. No me gusta ver a los jóvenes marchando como soldaditos obedientes a una élite que los desprecia. Así que seguramente soy una mala guatemalteca. ¿Qué le voy a hacer? (Columna Lucha Libre del miércoles 18 de septiembre del 2013 publicada en elPeriódico

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Duelo Nacional

Septiembre, el mes de la patria, empezó con dos eventos terribles que demuestran lo poco que valen las vidas en Guatemala. Una docena de muertos y otros tantos heridos dejó un ataque armado en San José Nacahuil del municipio de San Pedro Ayampuc. Curiosamente, es una de las comunidades más activas del movimiento de resistencia pacífica de La Puya contra la Mina El Tambor. El episodio de violencia en el que murieron dos niñas, se dio luego de una campaña de amedrentamiento contra los pobladores, en la que participó la Policía Nacional Civil (PNC). En mi mente resuena esa estrofa del Himno Nacional de Guatemala que dice: “Si mañana tu suelo sagrado lo amenaza invasión extranjera…” pero el final me suena más a que moriremos a que venceremos, sobre todo con este gobierno militar que criminaliza la protesta social y vende al mejor postor extranjero nuestros recursos naturales. El otro hecho, nos es tan conocido que parece repetitivo. Para mí es un asesinato colectivo que pudo haberse prevenido porque no es raro que las camionetas vayan más llenas de lo que su capacidad permite; porque todos hemos visto la imprudencia con que manejan los pilotos, sabemos las condiciones terribles del transporte público y el estado en que se encuentran las carreteras del país. Podemos seguir pensando que 43 muertos y 40 heridos en un busazo, es un terrible “accidente” o podemos cambiar nuestro paradigma y verlo como algo que pudo haberse prevenido. Mi corazón y mi tristeza están hoy con la gente de San Martín Jilotepeque y de San José Nacahuil, quienes exigen justicia para sus muertos. (Lucha Libre publicada el miércoles 11 de septiembre del año 2013 en elPeriódico).

martes, 3 de septiembre de 2013

Colores tristes

Cómo duele éste país. Pesa, ahoga, encoge el corazón. Pienso en el suicidio de Mario Francisco Álvarez Baltazar, un niño afro descendiente (les decíamos negros, antes que la corrección política maquillara todo). Imagino cómo habrán sido de infernales los días de Mario en la escuela sufriendo el acoso constante de sus compañeros. Pienso en la indiferencia de sus maestros, de la misma directora que cerró los ojos ante la queja de María Baltazar de que molestaban a su hijo. Pienso en los padres de los compañeros de clase de Mario Francisco, me pregunto si son conscientes de lo que el racismo puede herir a un niño. Me pregunto si esa gente es parte de ese gran porcentaje de creyentes en Dios. Me pregunto en qué tipo de Dios creen. Si es un Dios que discrimina, odia, hace de menos. Me pregunto si en serio creen que Dios es canche y ojos azules. Y si tal razón es suficiente para pensar que un negro, un indio o un chino son menos que un blanco. A veces me da asco éste país con sus banderitas en los carros y el falso patriotismo, la hipocresía, el pecho hinchado en los estadios nacionales cada vez que hay un partido y al mismo tiempo los miles de insultos racistas que caen sobre los jugadores no blancos. Me duele. Y no parece que los guatemaltecos tengamos el sueño común de que un día todos valgamos lo mismo, sin importar nuestro color. Es terrible que un niño se quité la vida por el acoso de otros niños, y que nadie haya querido evitarlo. Hay que ser intolerante con el racismo hasta el punto de negarse a escuchar chistes racistas. El racismo es un delito que mata y entristece. (Lucha Libre publicada el miércoles 4 de septiembre del 2013 en elPeriódico).