miércoles, 15 de octubre de 2014

El Pulpo

Las mafias que controlan Guatemala son un enorme pulpo con tentáculos en toda la maquinaria social. Los brazos del pulpo mafia aprietan el sistema judicial, el ejecutivo y el legislativo, tienen acciones en medios de comunicación. Se filtran en los sindicatos y organizaciones sociales, se alimentan de la avaricia de los empresarios y del ego de los funcionarios públicos. Se mueven con ritmos marciales y marchan al compás del dios pisto. El pulpo somos todos y no es nadie. El pulpo es un ente vivo y cambiante, se alimenta de nuestras debilidades, crece cuando nos saltamos una cola, cuando mentimos y hacemos trampa, cuando imponemos, cuando nos cubrimos de indiferencia ante lo que sucede a nuestro alrededor, cuando pensamos que las malas noticias son invento de los periodistas, la justicia cosa de jueces, y la política es solo para mañosos. Crece y se fortalece cuando nos metemos en nuestra burbuja de falsa neutralidad para evitar problemas. Algunos no se dan cuenta que el pulpo los tiene agarrados, acorralados, asfixiados. Los tentáculos de la mafia ahorcan o tragan. Y un día, como en una pesadilla kafkiana, podes despertar y darte cuenta que te has convertido en parte del pulpo. Pero a veces surgen seres comunes que hacen actos excepcionales. Alguien se cansa, levanta la mano, se niega a ser parte del animal, alza su voz y RENUNCIA. Ese disidente puede ser tomado como una luz guía o como una luz que ciega. Para mí, es esperanza, poesía en estado puro. Gracias Claudia Escobar por no ser parte del montón. Gracias por su coherencia y búsqueda sincera de paz y justicia. ¡Qué gran ejemplo de vida!

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