martes, 26 de mayo de 2009

Y así les nació la conciencia...

Parece ser que entre el gusanal que dejó el caso Rosenberg se observa una incipiente conciencia colectiva entre los jóvenes urbanos. Bajo el lema de “Un joven más”, estos chavos y chavas se reúnen y se dan cita por medio de la redes sociales de Internet para poner su granito de arena en la lucha por la justicia en Guatemala. Visten de blanco, marchan, protestan, se preocupan y además pasean por el centro cívico. ¡Wow!

Es triste ver que la discusión rápido cayó en si eran o no manipulados, si son de apellidos oligarcas o si en realidad su preocupación viene por la herencia que algún día recibirán y que podría estar en juego con la reforma tributaria.

Yo creo que es un movimiento real y espontáneo que nace del asco y del hartazgo de tanta violencia en nuestro país. Nadie puede ser feliz viviendo en una jaula de oro. La angustia que da el miedo a que te encañonen en cada esquina, a vivir encarcelados entre alambre espigado y muros gigantes, debe ser insoportable.

Pero es importante que este movimiento se alimente de pensamientos nuevos. Ser joven no necesariamente quiere decir tener ideas renovadas. La edad no es sinónimo de frescura, ni de vanguardia. Conozco jóvenes, casi niños que piensan como el viejo más anticuado del planeta. Mientras otros (pienso en la maravillosa entrevista ficticia de Marta Sandoval a César Brañas) podrán tener cien años pero su irreverencia y claridad es impresionante.

A los que están empezando a darse cuenta de que este país existe más allá del Facebook y del chat, yo les pido que no paren nunca de preguntar, que cuestionen a sus padres, a su clase social, la ideología que mamaron, que vean a su alrededor, que hablen con el jardinero, que escuchen al guarda espaldas, que le pregunten a la empleada algo más que cuál es la cena de hoy.

Así tal vez les crea que por fin les nació la conciencia… y entonces Guate, quizá empiece a cambiar.


(La Lucha Libre publicada el miercoles 28 de mayo del 2009 en el periodico)

miércoles, 20 de mayo de 2009

La rebelión de los peones

Qué semana más interesante para cultivarse en el uso de nuevos términos.

¿Pánico financiero? O un comentario más bien ingenuo y utópico. Al menos nos enteramos de lo que nos puede pasar si opinamos algo contra los bancos. Con esos antecedentes tendré que autocensurar mi idea sobre la vuelta al trueque, al colchón y la alcancía. Todos a sacar su dinero del banco y a invertirlo en el prójimo, sería mi lema. Y sería contra todos los bancos, no sólo contra uno. Ya nadie recuerda cómo nos engañaron el Banco del Comercio y Bancafé. ¿Lograría juntar 50 mil para una fianza? Si así fuera tal vez los guardo para un terrenito en el lago y me tomo unas vacaciones en Santa Teresa para aprender el oficio de pandillera o hacer mi tesis. Por otro lado, ojalá así de rápido actuaran las autoridades contra la pornografía infantil. En otro mundo viviríamos.

¿Apología del delito? Creo que el Procurador general de la nación nos dio un buen ejemplo del término. ¿No es eso lo que hace él mismo en su comunicado? ¡Qué macizo! Quizá algún abogado chispudo lo demande justamente por apología del delito.

Los bandos. En estos tiempos las acusaciones caen sobre todo el mundo. Me niego a que me involucren de un lado u otro, a que me metan en dicotomías que no comparto. Ya parecen Bush con el discursito, de los buenos y los malos. No bailo con Dios, ni con el Diablo. No creo en mártires, como tampoco en que la Biblia es la palabra sagrada.

Mas que héroe, Rosenberg me da la impresión de un inocente alfil sacrificado con el fin de darle jaque mate al rey y a la reina. ¿Y el pueblo? ¿Cuándo dejaremos de ser peones sobre el tablero de un juego en el que no pedimos estar?

Al menos parece que empezamos a despertar, sólo falta claridad en medio de tanta niebla. ¿O mierda?

miércoles, 13 de mayo de 2009

Ojo por ojo no

¿Cuándo comenzamos a matarnos? ¿En qué mal capítulo de nuestra historia pactamos con el Diablo? ¿Cuándo optamos por el salvajismo y dejamos la razón y el corazón a un lado? Y no hablo del asesinato de hoy, ni el de ayer, ni el de hace una semana, ni los del mes pasado, ni el que hace nueve años me rompió la vida por la mitad. Me refiero a todos. ¿Cuánto hemos aguantado? ¿Cuánto hemos callado?

El engaño de nuestra dizque civilización es terrible. Talvez nunca hemos sido humanos, jamás hommo sapiens. Nos comportamos peor que el más maligno animal depredador. Hemos sofisticado la muerte, burocratizado la tortura, legalizado las guerras y promocionamos la violencia todo el tiempo.

Ojo por ojo y todos terminaremos ciegos. Escuchemos a Gandhi, hoy más que nunca. Ser pacíficos no significa ser indiferentes. Recordemos que en tiempos de crisis es cuando más necesitamos actuar con razón y corazón.

Estoy segura que somos capaces de modificar nuestro entorno. Y creo que la única manera de acabar con tanta muerte, es luchar por la vida. Cambiar las pistolas por la razón y el silencio por la verdad. Dejemos de desear cosas materiales y empecemos a añorar paz.

El video del abogado Rosenberg es impactante y ojalá sirva para que nos demos cuenta que solo confiando y aportando a la justicia podemos cambiar el país. Ya que nos cayó encima la globalización, aprovechémonos de eso. Las noticias llegan al otro lado del planeta en un segundo. Hay que decir lo que sabemos, atestiguar en juicios si es necesario, no importa si es por un asesinato, el robo de una computadora o un caso de paternidad irresponsable.

Si los ciudadanos, no hacemos uso de la ley, no nos quejemos. Fortalecer el poder judicial y defender la libertad de expresión es un buen camino para empezar.

(Lucha LIbre publicada el 12 de mayo del 2009 en elperiodico)

miércoles, 6 de mayo de 2009

Del otro lado


A todos nos entra la duda, la eterna incertidumbre de no saber para quién trabajamos. Un lector suelta la incógnita: ¿acaso saben ustedes quiénes leen la penúltima? Y tiene razón, nadie nos ha mostrado los resultados de los focus grupos. ¿De qué sustancia están hechos los seres que nos llevan bajo su brazo a que los acompañemos al baño o a tomarse un café?

¿Qué hace, qué come, en qué trabaja ese que me espera cada miércoles? ¿Por qué nos lee? Será por aburrimiento, por masoquismo o por placer.

Supongo que no todos salen del mismo costal, los habrá los ocasionales como los amigos que uno se encuentra en los cocteles, de aquellos completamente prescindibles, con los que apenas nos entendemos y jamás nos influenciamos.

Pero también los habrá fieles, entregados, adictos ¿los habrá? Aquellos que esperan con ansias el miércoles. Y estarán aquellos que leen por masoquismo, por odio, sólo por enojarse, como yo, con algunos “columnistas”.

Pero ¿Qué quieren esos lectores? Quizá buscan en mí, una voz disidente atenta a denunciar la conspiración mundial de las farmacéuticas, como en el caso de la (H1N1) que nos quiere obligar a usar mascarillas marca 3M y a felicitar al gobierno por adquirir 25 mil antibióticos, cuando en todo el mundo apenas se han confirmado mil casos de dicha “pandemia”.

¿O no?, tal vez el lector espera que demuestre mi apoyo al trabajo de la diputada Montenegro con su frustrada Ley de Comisiones de Postulación o quiere leer de mi indignación porque la Asociación Nacional de Municipalidades, ANAM intenta evadir la Ley de Acceso a la Información, ocultando el ingreso de los jefes ediles.

O quizá sólo busca entretenerse con historias de campo y que no le traslade mis miedos latentes, como el terror que siento de que el cerro Lec en Patanatic, caiga sobre mi casa ahora que el invierno ya comenzó.

Se me acabaron mis 1,500 caracteres de espacio y estoy igual que al principio.

(La Lucha libre del miércoles 6 de mayo del 2009 publicada en elperiodico)