martes, 29 de mayo de 2012

De indios, rockeros y mujeres solas

Si algo hay que agradecerle a este país es que aquí nunca perdemos la capacidad de asombro. No dejo de sorprenderme a cada rato. En pleno siglo 21 en un país que se hace llamar democracia; un grupo de encapuchados acompañados de la policía nacional civil con total impunidad deciden cancelar un concierto porque les parecen sospechosos los rockeros. No contentos con parar el evento musical, agreden, insultan y amenazan a los músicos para que se vayan del lugar en 10 minutos. Ante esos vejámenes, la noticia corre en las redes sociales. Y las respuestas de la comunidad rockera no son nada alentadoras. Los comentarios van desde que es culpa de los indios resentidos hasta subir a tonos escalofriantemente racistas. Los prejuicios van en todas las vías. Nadie se salva de guardar en su inconsciente una dosis de odio hacia el que ve diferente. Lo otro que me tiene con la boca abierta es el comunicado de prensa que emitió el Ministerio de Gobernación. Me pregunto si estos señores tienen asesores. ¿Nadie les habrá explicado que con ese tipo de recomendaciones justifican a los violadores? Así que ahora si queremos salvaguardar nuestra integridad, las mujeres debemos evitar salir de noche solas. A la mierda los avances de dos siglos del feminismo. Si nos pasa algo malo, es porque no lo buscamos por andar haciendo lo que nos da la gana. Eso es apología de la violencia contra la mujer. ¡Qué sabia esa mujer anónima que escribió: Vivimos en una sociedad que enseña a las mujeres a cuidarse de no ser violadas, en vez de enseñar a los hombres a no violar! ¡Todo mal!

miércoles, 23 de mayo de 2012

De trata

Vivimos en un capítulo de los Supersónicos con personajes de los Picapiedras. Aquella imagen del primitivo que le pega con un garrote a la mujer y se la lleva de los pelos, se ha sofisticado. Armas más modernas para un fin primitivo. Hoy en día, la trata de personas, la esclavitud de seres humanos es el tercer negocio ilegal que más dinero mueve en el planeta Tierra. Desde los niños adoptados ilegalmente que hoy viven el “sueño americano” mientras sus verdaderas madres los buscan aquí en el tercer mundo; pasando por la pesadilla de los mojados (especialmente las mujeres que tienen que pagar con su cuerpo el boleto propio y hasta ajenos); hasta el secuestro de adolescentes y niñas para llenar prostíbulos de punta a punta del planeta. ¿Quiénes están atrás de este negocio millonario? ¿Cómo es posible en el siglo XXI seguir traficando con seres humanos? Nos caeríamos de espalda como en los chistes de Condorito si supiéramos quienes están detrás del peor pecado de la humanidad. Banqueros, abogados, políticos, jueces, policías, empresarios son eslabones en la cadena de venta y consumo de personas. Privar de libertad a alguien, ponerle precio a su vida y su dignidad es un horror que ya no deberíamos permitirnos como civilización. Pareciera que la tecnología solo sofistica nuestra animalidad. Nuestra evolución como especie debería dar un giro hacia la humanidad: poner el conocimiento, la tecnología y el trabajo al servicio del bien. De lo contrario es mejor desear nuestra extinción como especie y que nos caiga un meteorito ya.
(Columna Lucha Libre publicada el miércoles 23 de mayo del 2012 en elPeriódico y dedicada con mucho cariño al escritor Julio Prado).

viernes, 18 de mayo de 2012

Mayarí

Tremenda responsabilidad ser la hija de uno de los escritores más polémicos que ha parido Guatemala. Mayarí de León tenía quince años cuando su papá fue secuestrado por escuadrones de la muerte, hace 28 años. Según el Diario Militar, a Luis de Lión lo tuvieron casi un mes encerrado quién sabe dónde, hasta que finalmente murió. No logro imaginar la tristeza de la familia hacia un hecho tan infame. Además de ser un escritor que rompió con los moldes de la literatura guatemalteca y que se atrevió a jugar y experimentar con los temas y el lenguaje, fue un maestro ejemplar, un hombre preocupado por la niñez de su país. Fue además un motor de desarrollo en San Juan el Obispo, donde fundó hace 50 años, junto con otras personas, una biblioteca que aún funciona. Su legado, su obra, su casa, sus textos inéditos, están en manos de Mayarí, quien ha sabido conservarlos y en la medida de sus posibilidades difundirlos. Pese a que en el 2008 el Estado guatemalteco reconoció su participación en el asesinato del escritor y se comprometió a resarcir a la familia y a construir un museo, un parque infantil y una biblioteca más grande en San Juan el Obispo, poco de esto se ha cumplido. Los días de Mayarí se pasan entre un montón de gestiones, proyectos y acciones concretas para difundir la obra de su padre. Su casa se ve invadida por adolescentes sanjuaneros que reciben clases de música o hacen deberes ahí. Ni el tiempo, ni el dinero, le alcanzan para todo lo que quiere hacer. Es urgente que el gobierno cumpla con lo prometido y apoye sin miramientos ni peros, este proyecto cultural tan importante. Es urgente que aparezca el cuerpo de Luis de Lión para que sus familiares tengan una tumba para llorarlo. Es urgente que dejen de matar artistas.

martes, 8 de mayo de 2012

Radicales

Me asusta leer los periódicos y constatar una vez más la polarización en la que vivimos los guatemaltecos. Somos un país esquizofrénico con profunda disfunción social. Aquí no existen grises, ni matices, no hay consenso, ni diálogo, ni apertura. Todo aquel que se atreva a cuestionar el status quo es tildado de manipulador, reaccionario, terrorista y hasta de narcotraficante. Atreverse a dudar de las buenas intenciones de una empresa minera, de una hidroeléctrica o de una cementera es ser un izquierdoso, alguien que mama la teta de la comunidad internacional. Pareciera que somos incapaces de ponernos en los zapatos de otros, de ver más allá de nuestras propias narices, de analizar el pasado para que nos dé luces de cómo actuar en el futuro. Vivimos sobre un polvorín, siempre a punto de estallar. Esta condición tampoco es “natural” ni única en Guatemala. Durante toda esta semana, en los cines Capitol en Guatemala y Cadore en Quetzaltenango se presentarán películas que tocan temas de Memoria, Verdad y Justicia, derechos humanos y territorio con situaciones internacionales muy parecidas a la chapina pero vividas en países como Alemania, Perú, Chile, Finlandia o México. Un aspecto interesante de esta tercera muestra internacional es que todas las películas incluyen un foro después de cada proyección, un espacio de diálogo tan necesario para buscar puntos de encuentro que nos hagan avanzar como país hacia un mismo objetivo, sin matarnos antes. No se lo pierdan, la admisión es gratuita y las películas imperdibles. Mas información en: http://www.muestracineguatemala.blogspot.com

miércoles, 2 de mayo de 2012

De trabajar

Ayer fue el Día del Trabajo que se celebra descansando. Eso, para los que tienen un empleo formal, que son la minoría. La mayoría trabaja con o sin feriado en lo que se conoce como la economía informal; vendedores ambulantes, servicios de limpieza, cuidadores de carros, etcétera, etcétera. Solo ayer me topé con al menos media docena de niños y niñas trabajadores que no tenían la más mínima idea de la existencia del Día del Trabajo. Primero fue Juan, un lustrador de zapatos que estudia de mañana y trabaja de tarde. Después encontré a Sindy, una niña vendedora ambulante de artesanías típicas, que cursa primero primaria en una escuela vespertina y vende sus productos durante el tiempo que le sobra. También me topé con José, quién empaca las compras en el supermercado y ayuda con su diminuto cuerpo a cargar hacia el carro las cajas y bolsas. A los demás no les pregunté los nombres, son tantos, que no me daría tiempo de entablar conversación con ellos. Cada vez que veo a un niño trabajando, me entra una duda ética que nunca logro resolver. ¿Es bueno que Juan me lustre los zapatos o al dejarlo estoy contribuyendo a la explotación del trabajo infantil? ¿Debería de comprarle pitas típicas a Sindy o es mejor que regrese a casa con las manos vacías? ¿Le saldrán hernias a José cada vez que carga mis compras? No tengo respuesta para esas preguntas, ni tengo soluciones para los miles de niños que en Guatemala trabajan. Esto me recuerda cuando en Chajul entrevisté a diez niños de sexto grado primaria, les pregunté qué derechos del niño conocían. Seis de ellos me contestaron: el derecho a trabajar.