miércoles, 25 de febrero de 2015

Los perros y el hueso

Los pronósticos dicen que el año 2015 será un año muy violento. ¿Cuánto más violentos podemos llegar a ser? Me aterroriza. Cómo “espiral de zopilotes, caracol de luto” profetizó Luis de Lion. Es que es año de elecciones, dicen. Y eso parece suficiente para justificar o explicar el desborde de sangre y tiros que se nos avecina. Más pilotos muertos, más descuartizados en bolsas, más ultimados a tiros, menos avances en justicia, menos casos resueltos en los tribunales, menos presos y condenados. Los que pueden viajar, huir, darse una vuelta, hacen maletas y se van. Pero la mayoría somos puro pueblo: los bueyes que halan la carreta, los peones que ponen los muertos, la mano de obra barata para levantar las cosechas, la clase media que ahorcan. Y además somos los que elegimos a nuestro siguiente victimario: los que votamos, los que ponemos a un militar en la silla presidencial o a un narcotraficante. Somos la masa idiota. Del otro lado, están los que participan activamente en “dirigir” las riendas del país. Esos que se comportan como perros atrás de un hueso. Los vemos perder cualquier rastro de dignidad con tal de ganar cierta popularidad. Son capaces de dejarse hacer un exorcismo público si eso les asegura votos, venderían a su madre y a sus hijos sí con ello consiguieran un contrato, un trabajo o una teta estado eterna en donde mamar hasta saciarse. El panorama es desolador. Queda intentar un último, inútil y quizá poético acto de rebeldía ciudadana. Queda el voto nulo cómo patada de ahogado, cómo ensayo de lucidez. (Columna públicada el 25 de febrero del 2015 en elPeriódico).

jueves, 19 de febrero de 2015

De pulmones colectivos

La capital de Guatemala es una de las ciudades más grises, feas y contaminadas del mundo. Álvaro Arzú ha sido bastante inepto para tratar el tema ecológico. En tantos años frente a la Municipalidad, no ha resuelto los principales problemas de contaminación ambiental que afectan cada vez más a los capitalinos. Y no parece tener interés en hacerlo ya que acaba de autorizar la inminente destrucción del primer parque ecológico y deportivo de la ciudad, ubicado en el barranco de Cayalá, un pulmón verde que podría llegar a beneficiar a cerca de 500 mil capitalinos. La Empresa Grupo Terrum Desarrollos inició hace poco movimientos de tierra para la construcción de tres torres de apartamentos del Proyecto Acanto Cayalá adentro del barranco. Marco V. Cerezo, director de Fundaeco asegura en una carta pública al alcalde que el diseño actual tendrá efectos ambientales muy negativos, ya que la construcción se realizará en el mismo corazón del Cinturón Ecológico Metropolitano, CEM, destruyendo el corredor ecológico entre la calzada La Paz y el bulevar Rafael Landívar y sentará un pésimo precedente para la conservación ambiental en la capital. Esta organización ambiental solicita la conformación de una comisión técnica que investigue por qué se continúan dando licencias de construcción dentro de los pocos barrancos boscosos metropolitanos, los cuales son vitales para la recarga hídrica de los pozos de agua de la ciudad, para la producción de aire puro y para la recreación en un entorno natural, entre otros beneficios. ¿Será mucho pedir que los capitalinos se empiecen a preocupar por la calidad del aire y agua que consumen? (La lucha libre publicada el 18 de febrero del 2015 en elPeriódico).

martes, 10 de febrero de 2015

De Roma al revés

Uno de los sentimientos más indescriptibles e increíbles que existe es el amor. Aunque pertenece al mundo de lo abstracto, es real y concreto. Es una fuerza invisible que mueve al mundo y que provee de más calor que la planta eléctrica más potente. Es pura energía limpia. Puede ser que la capacidad de enamorarse sea una característica intrínsecamente humana ya que nos gusta complicarnos la existencia. Pero, a pesar de la importancia del amor en nuestra vida diaria, no es un tema que se trate con seriedad, no se aprende en las escuelas a amar y son pocos los filósofos, científicos o académicos que investigan o escriben al respecto. Las librerías están llenas de revistas del corazón y de textos de autoayuda pero desde la perspectiva cursi. Hablan del amor como si fuera una extensión del poder: poder tener, retener, poseer, amarrar, cazar. Así, un tema transversal en la vida de cualquier humano queda aplastado bajo millones de corazones rosa, chocolates rosa, corazones de chocolate, y toda esa parafernalia desagradable y consumista. El amor se vuelve una exaltación a la vida en pareja, heterosexual y monógama. Nos enseñan que éste es el único amor respetable y válido. Y que la forma buena de amor va presidida de anillos, vestidos blancos, contratos de exclusividad y títulos de posesión. El amor debería ser una política pública, una ley, una moral, una guía para no perdernos, una luz contra la oscuridad. El símbolo del amor es el corazón, ese órgano que queda de nuestro lado izquierdo, ahí donde también queda la solidaridad y la búsqueda del bien común.

martes, 3 de febrero de 2015

Sacro-biblia

Quizá no sea tan mala la idea del diputado Marvin Osorio de promover la lectura obligatoria de la Biblia en los establecimientos educativos públicos y privados. Con tal de que los jóvenes se entusiasmen con la lectura, habría que probar incluso la sopa de letras coactiva. Aunque en el fondo, lo digo porque confío en el espíritu rebelde y emancipador que vive dentro de cada ser y que lo empuja a rebelarse contra todo aquello impuesto a la fuerza, o dicho en otras palabras, creo en la eficiencia de la psicología inversa. Seguramente, la lectura obligatoria de la Biblia provocaría toda una generación de jóvenes críticos a la misma. Quizá usted es de los que se preguntan ¿Qué tan malo puede ser oficializar “el libro más leído del mundo”? Sí obviamos la visión machista y patriarcal que difunde de la mujer, la exaltación a la violencia, la venganza y la sumisión que promueve, tal vez no sea terrible si no solo escalofriante. Pero en realidad, lo más alarmante es que un diputado desconozca las leyes mínimas del país, de tal manera que proponga una iniciativa tan absurda que vulnera los pilares de la democracia ya que antes de que pueda ser aprobada, requiere la modificación de la sagrada (esa sí) Constitución Política de la República para eliminar la parte en que dice que somos un estado laico. Pero es gracias a esa separación entre estado y religión que tanto las invocaciones al Ajaú o a los cuatro puntos cardinales, así como la opción del diezmo, los rezos, las oraciones, los pecados y los mitos, se quedan en el terreno de lo íntimo y lo personal. Y en teoría, no influyen las leyes ni la educación.