martes, 26 de junio de 2012

Guate no existe

Vivimos en el país de la confusión por excelencia, de la eterna chingadera. Tengo que ir a Guate, decimos los que vivímos afuera de la capital. Ese afuera al que se le dice “el interior”. Guate no existe. Luego el mapa, que resultó ser falso. En realidad no teníamos una oreja de nombre Belice. Y de los mayas… mejor no hablar de ciertas cosas. Aprendimos en la escuela que habían “desaparecido repentinamente” que se habían ido en naves espaciales, o un meteorito los había acabado, o una sequía. Guate no existe. Y ahora resulta que siempre sí hay mayas, que es nuestro potencial turístico ¡qué viva el nuevo Baktún! Mientras el militar de la guerra que nunca existió, celebra en Takalik Abaj por la nueva era. Guate no existe. En Guatemala no hubo genocidio, a esos también se los llevaron naves espaciales. Ah… no, quedaron enterrados en el terremoto del 76. Y en esta Guate que no existe tampoco hay ixiles, ni kaqchikeles, ni chortís, aquí solo hay guatemaltecos. Todo lo demás es cosa de cangrejos que siguen anclados en ese pasado que intentamos desaparecer. El que no quiera ser guatemalteco que se vaya de migrante y que lo aplaste un tren. Guatemala es el país de los grandes empresarios, de los proactivos, de los que producen plazas de trabajo, aunque sean mal pagadas, aunque sean trabajos de esclavos. Veamos los anuncios y las vallas que esconden el paisaje, aquí todos somos rubios y ojos claros, todos somos blancos y glamorosos. Y los que no… somos unos resentidos que más nos vale comprar shampoo que aclare el pelo. Guate no existe. ¿Y vos, existís?

miércoles, 20 de junio de 2012

De quejas y fe

Hay tantos temas importantes para el país y el mundo entero que no me alcanzaría la vida para opinar de todos ¡y qué aburrido sería! Podría escribir sobre la importancia que tiene la Orquesta Sinfónica en un país como el nuestro, o lo que me indigna que un bus escolar se voltee por tener los frenos descompuestos y medio centenar de niños terminen en un hospital con lesiones, quizá, para toda la vida. Debería también escribir del invierno que se nos viene encima y de los deslaves e inundaciones que seguramente ocurrirán ahí donde ya sabemos que sucederán. También tengo pendiente protestar contra la entrega de fertilizantes químicos en Atitlán y contra la politización que una vez más hacen los gobernantes de los programas sociales. Debería denunciar los ocho días que llevan en Mazatenango sin agua o porque en Chichicastengo llevan seis meses con los teléfonos fijos descompuestos. O por lo mierda que deberían sentirse Carlos Slim y otros multimillonarios con tanto pisto acumulado que podrían utilizar para solucionar los problemas y pesares de media humanidad y cambiar así el rumbo de la historia. Pero esta columna es tan pequeña,  mis quejas son tantas y la vida es tan corta, que lo único que de verdad tengo ganas de escribir hoy, es de mis papás; de lo privilegiada que me siento de tener un padre y una madre tan íntegros, amorosos y especiales. Y unas hermanas (ángeles guardianes o antenas de conexión con dioses) capaces de hacer milagros que la ciencia apenas se atreve a esbozar. Con una familia así (más los amigos), mi fe en la humanidad se renueva cada día aunque me lea todos los periódicos. 


(Lucha Libre publicada en elPeriódico el miércoles 20 de junio del 2012).

jueves, 14 de junio de 2012

De errar, gastar y calcular

Somos una serie de equivocacioneS. Cuando veo atrás y vuelvo a leerme, suelo sonrojarme ante mis opiniones tantas veces cursis, tantas otras agresivas, vacías o literalmente equivocadas. Sin ir más lejos, el miércoles pasado cometí un grave error de tipo trocitos 1. Mis más sinceras disculpas a mis lectores, a quienes se dieron cuenta y no dijeron nada y a quienes ni se fijaron, confiados quizá, en mis habilidades matemáticas. Me muero de la vergüenza y les pido que olvidemos el asunto. Nunca llegaré a ser una Elinor Ostrom, la primera y única mujer en recibir el Premio Nobel de Economía hace 3 años, y que acaba de morir. Bien harían en la Universidad Francisco Marroquín en estudiarla y difundir su obra, ya que fue galardonada por desafiar la creencia convencional de que la propiedad común es mal gestionada y debe ser asumida por las autoridades públicas o el mercado. Ejemplos vivos de que puede ser exitosa la gestión comunitaria son los bosques que cuidan las autoridades de los 48 cantones de Totonicapán, así como la hermosa y limpísima laguna que se encuentra dentro del volcán Chicabal. Ambos proyectos son comunales, son eficientes, son exitosos y además son ecológicos. Aunque por lo visto, el tema ambiental en Guatemala junto con el tema cultural, están en el último lugar en la lista de prioridades del Gobierno. Prueba de ello es que nuestra querida Vicepresidenta, de mote Roxsandra, ha declinado ir a la Cumbre de Río +20 por razones de austeridad. Claro, después de lo que gastó en remodelar su oficina… (No haré cálculos, lo prometo).

miércoles, 6 de junio de 2012

Guacamoleando

Según información de elPeriódico, el Hospital San Juan de Dios pagó 14 mil 250 quetzales por 750 “litros” de guacamol que serán consumidos en los próximos 4 meses. Lo primero que me sorprende es que midan el guacamol en litros y no en libras. ¡No quiero pensar en esa consistencia acuosa! Alguien preguntaba si el guacamol lo inyectan en lugar de suero. De pronto y es una nueva terapia. ¡Quién sabe! Haciendo mis cálculos, divisiones y reglas de tres, veo que en ese hospital consumen 120 litros de guacamol cada día. ¡Qué buen apetito! ¿Cuánto gastarán en tortillas? ¿O comerán con cuchara? Imagino que recientes investigaciones han descubierto que el guacamol sintético y empacado es sorprendentemente bueno para mejorar la salud de los pacientes enfermos de gravedad, da poderes fantásticos a doctores y enfermeras, o algo así. No importa, la excusa es lo de menos, lo importante aquí es robar, huevear, aprovechar, estafar, sacar alguito extra por si en unos años toca pagar abogado, fianzas o amparos. ¿Qué me sorprende? Todos los días leemos noticias así; que el Fonapaz compró 90 mil láminas sobrevaloradas o que al alcalde de La Antigua, Adolfo Vivar, la Contraloría General de Cuentas le encontró 21 irregularidades financieras, entre ellas 2 mil 303 cheques que suman casi Q27 millones sin evidencias contables de gasto. Menos mal que ya no existen los famosos “confidenciales”. La corrupción es el cáncer del Estado, pero mientras exista aún el aguacate, ¡qué nos importa que los enfermos del San Juan traguen litros de guacamol! (Lucha Libre publicada el miércoles 6 de junio en elPeriódico)