miércoles, 22 de octubre de 2014

acerca del venado y sus cazadores

acerca del venado y sus cazadores
se dice de boca en boca que, aunque sólo 15 fueron más o menos visibles, 100 ombres (o ex hombres) participaron en el operativo “la caza del venado”. - fecha: 20/10/78; hora: 1.00 p.m. o sea que por cualquier lugar que hubiera huido, de todos modos el secretario general de la AEU1 100 ombres (o ex hombres), supongamos, a 30 años como promedio cada uno ... 100 x 30 = 3000, es decir, 3000 años armados hasta los dientes para acabar con apenas 23 años desarmados, 3000 años en carros oficiales o a pie, pero delante de la policía que vigilaba el orden y que no movió ni un dedo, 3000 años en pleno parque central y a pocos metros del palacio nacional y de la catedral metropolitana, 3000 años bajo un sol testigo y una cámara que filmó el crimen, 3000 años delante de miles de guatemaltecos que habían participado en una manifestación en celebración del 20 de octubre y del triunfo de una reivindicación popular, 3000 años más los del señor presidente y de los señores ministros de gobernación y de la defensa y los del señor jefe de la policía y los años de otros señores. tantos siglos contra un solo minuto, tanto cuchillo para cortar una flor, tanta bala para acribillar una bandera, tanto fuego para quemar un libro, tanto zapato para aplastar un rocío, tanto ruido para acallar una voz, tantos cazadores para cazar un solo venado, tanto cobarde contra un solo valiente, tanto soldado para fusilar a un niño. tanto de tanto para nada . . . porque, conforme pase el tiempo y en la tumba de oliverio crezca la hierba y broten claveles, los 3000 y los demás años se reducirán hasta llegar a 0 y cada octubre, los 23 se multiplicaran por miles hasta 1 AEU Asociación de Estudiantes Universitarios. no habría tenido escapatoria. ah, ah. llegar al INFINITO.

miércoles, 15 de octubre de 2014

El Pulpo

Las mafias que controlan Guatemala son un enorme pulpo con tentáculos en toda la maquinaria social. Los brazos del pulpo mafia aprietan el sistema judicial, el ejecutivo y el legislativo, tienen acciones en medios de comunicación. Se filtran en los sindicatos y organizaciones sociales, se alimentan de la avaricia de los empresarios y del ego de los funcionarios públicos. Se mueven con ritmos marciales y marchan al compás del dios pisto. El pulpo somos todos y no es nadie. El pulpo es un ente vivo y cambiante, se alimenta de nuestras debilidades, crece cuando nos saltamos una cola, cuando mentimos y hacemos trampa, cuando imponemos, cuando nos cubrimos de indiferencia ante lo que sucede a nuestro alrededor, cuando pensamos que las malas noticias son invento de los periodistas, la justicia cosa de jueces, y la política es solo para mañosos. Crece y se fortalece cuando nos metemos en nuestra burbuja de falsa neutralidad para evitar problemas. Algunos no se dan cuenta que el pulpo los tiene agarrados, acorralados, asfixiados. Los tentáculos de la mafia ahorcan o tragan. Y un día, como en una pesadilla kafkiana, podes despertar y darte cuenta que te has convertido en parte del pulpo. Pero a veces surgen seres comunes que hacen actos excepcionales. Alguien se cansa, levanta la mano, se niega a ser parte del animal, alza su voz y RENUNCIA. Ese disidente puede ser tomado como una luz guía o como una luz que ciega. Para mí, es esperanza, poesía en estado puro. Gracias Claudia Escobar por no ser parte del montón. Gracias por su coherencia y búsqueda sincera de paz y justicia. ¡Qué gran ejemplo de vida!

miércoles, 8 de octubre de 2014

Discurso completo de la Doctora y magistrada Claudia Escobar

Buenos Días señores y señoras, gracias por estar presentes el día de hoy. Decidí dedicar mi vida profesional como juez porque estoy convencida que solo a través de la justicia podemos alcanzar el desarrollo, la libertad y la convivencia en paz que tanto anhelamos los guatemaltecos. Un Juez es la persona que tiene en sus manos la posibilidad de resolver problemas simples que surgen en la convivencia entre vecinos, entre familiares, en el trabajo, así como los problemas serios y delicados entre grandes intereses económicos. A través de su labor, un juez mantiene la paz social y se garantiza la libertad. Ingresé a la Carrera Judicial, por el sistema de oposición como Juez de instancia. Actualmente me desempeño como Magistrada de la Corte de Apelaciones y como funcionaría judicial he jurado defender la constitución y las leyes de mi país. De acuerdo a lo que establece el artículo 60 de la Ley de la Carrera Judicial, tengo la obligación de denunciar cualquier inquietud o perturbación en mi independencia. Por lo que en nombre de muchos jueces que por represalias, tienen temor a denunciar, hago del conocimiento de la Corte Suprema de Justicia que las irregularidades que se configuraron en los procesos de selección y elección de magistrados ponen en alto riesgo la independencia judicial de todos los jueces, lo cual como consecuencia: Afecta nuestra seguridad. Porque el sistema judicial es vital para combatir la delincuencia que tanto nos oprime como guatemaltecos. Afecta nuestro bienestar. Porque solo con jueces independientes y probos podemos combatir la corrupción y poder así construir un Estado que verdaderamente trabaje por la gente buena de este país. Afecta nuestro futuro. Y el de nuestro hijos, el de nuestras familias, porque la labor de Organismo Judicial es vital para alcanzar un sociedad que pueda vivir en paz y en libertad. Reconozco que para vivir en libertad, los juzgadores debemos actuar con transparencia y apegados a la verdad, así podremos recuperar la confianza en la Justicia. Estoy muy orgullosa de ser juez, de la labor que desempeño y de compartir con jueces profesionales que viven los valores de libertad, transparencia y justicia. Jueces que día a día dictan sentencias apegados a su conciencia y respetando la ley, llegando incluso a arriesgar su vida por ello. Son funcionarios judiciales que sirven a la justicia y no se sirven de ella. Algunos de estos jueces fueron nombrados como magistrados y tienen el legítimo derecho de optar a cargos públicos y ser electos. Sin embargo, los procesos que llevaron a cabo las Comisiones de Postulación, deslegitiman su nombramiento, porque esos procesos están plagados de irregularidades. Algunas de las anomalías han sido denunciadas públicamente por medios de comunicación, otras por los propios candidatos, o por las organizaciones de la sociedad civil y por los ciudadanos; sin embargo todas han sido desoídas. La principal ilegalidad consiste en que las Comisiones ignoraron el cumplimiento de la Ley de la Carrera Judicial y por lo tanto NO garantizan a los guatemaltecos que los jueces electos gozarán de la independencia mínima e indispensable para impartir justicia. George Washington, afirmaba que “Cuando la política entra por la puerta de las Cortes, la Justicia sale por la ventana.” El proceso de selección de Magistrados, esta viciado y esto afecta directamente a todos los guatemaltecos. Es un proceso perverso, que convirtió el nombramiento de funcionarios en un botín político. Soy Magistrada y he sido electa para un nuevo período de otros cinco años. Pero ante la gravedad de los vicios en el proceso, por el respeto que merece el cargo para el que fui electa y por respeto al pueblo de Guatemala, después de un largo y doloroso proceso de discernimiento y reflexión renuncio. Renuncio públicamente al cargo para el que he sido electa, por la única y exclusiva razón que el pueblo de Guatemala tiene el derecho a que sus jueces y magistrados sean TOTALMENTE independientes e imparciales. Como dijera Shirin Ebadi, reconocida defensora de la Independencia Judicial y premio Nobel de la Paz: “Si la ley no existe, la vida de las personas no vale nada.” Por eso hoy hago un llamado de conciencia a mis colegas Jueces; a todos y cada uno de los jueces de la República de Guatemala, a los jueces dignos y honorables: A los jueces de paz que trabajan en condiciones extremas y en horarios agotadores; A los jueces de instancia; a los magistrados de apelaciones que hoy ejercen judicatura; Especialmente a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia; para que no permitan el asalto a la Justicia, que es el pilar en el que se sostiene todo Estado constitucional y democrático de Derecho. NO somos el primer país en que se corre el riesgo de perder la independencia judicial, pero hoy somos nosotros los funcionarios judiciales, los responsables de exigir el respeto a la Constitución y a los derechos que se refieren a la Independencia Judicial y la división de poderes. La falta de división de poderes es el primer elemento de una autentica dictadura, por eso pido a todos los ciudadanos guatemaltecos; a los distintos sectores de la sociedad guatemalteca, entre ellos a las universidades del país; a los colegios profesionales; a las diversas cámaras que impulsan el desarrollo y la economía de nuestra nación; a la sociedad organizada, que se pronuncien en contra de la forma en que fueron electos los magistrados de las Cortes. A la comunidad internacional solicito nos acompañe en estos momentos de crisis institucional que ponen en riesgo nuestra democracia. Especialmente a las asociaciones de jueces iberoamericanos para que nos respaldan y apoyo. Solicito la intervención del Procurador de los Derechos Humanos y le pido que tome las acciones legales correspondientes, a fin de garantizar el desarrollo de un proceso transparente, en el que se privilegie la elección de los funcionarios mas idóneos y aptos para el cargo, en consecuencia que se respeten las normas establecidas en la Ley de la Carrera Judicial. Requiero a la Honorable Corte de Constitucionalidad, que resuelva los recursos pendientes, declarando la nulidad del proceso y ordenando de inmediato una prorroga de los plazos a los funcionarios actualmente en ejercicio en las Cortes Suprema de Justicia y Cortes de Apelaciones. Por Guatemala espero que las autoridades actúen como les manda la ley. El pueblo de Guatemala lo merece y lo exige, por eso los jueces debemos tomar acción y hacer todo lo que este en nuestras manos para evitar que se nos arrebate nuestra independencia judicial.

La grieta en el sistema

La Doctora y magistrada Claudia Escobar acompañada de tres juezas intachables: Ina Leticia Girón, Patricia Gámez y Ana Vilma Díaz nos dio un ejemplo de entereza, dignidad y valentía. Ninguna de las cuatro tiene cola que le machuquen, se han entregado por completo a una profesión que como ellas mismas dicen, no es nada fácil ya que no quedan bien con nadie. El mensaje que estas operadoras de la justicia hicieron público el domingo pasado es un ventarrón de esperanza y fe en un sistema viciado. Hace tiempo que no escuchaba a un funcionario público referirse a valores importantes como la libertad, la transparencia, la justicia y la consciencia. La renuncia de Claudia Escobar a uno de los puestos públicos más codiciados en el poder Judicial por la “única y exclusiva razón de que el pueblo de Guatemala tiene el derecho a que sus jueces y magistrados sean TOTALMENTE independientes e imparciales” es solo uno de esos actos personales urgentes y necesarios en este país que parece derrumbarse cada día ante la indiferencia general. El sacrificio de la magistrada servirá de poco si en su denuncia no la acompañan los demás jueces dignos y honorables, los magistrados; los distintos sectores de la sociedad guatemalteca, las universidades; los colegios profesionales; la sociedad organizada, todos y todas debemos pronunciarnos en contra de la forma en que fueron electos los magistrados de las Cortes. Aquí no se necesita aprobar nuevas leyes ni reformar la Constitución, solo es necesario que se respeten las normas establecidas en la Ley de Carrera Judicial para que no nos convirtamos en una auténtica dictadura sin división de poderes. Como dice Escobar, la justicia es un asunto de todos no sólo de jueces y abogados.

miércoles, 1 de octubre de 2014

A-153167

Quizá A-1 53167 comenzó a morir el día que dejó de funcionar la Cédula de Vecindad y se oficializó el DPI. Cuando conocí a Aníbal López ya no me pareció el genio del que me hablaban sus amigos. Pocas veces pude entablar con él una conversación interesante. Apenas retazos de ideas atrás de sus ojos profundos. Confieso que me cohibía. En una ocasión me invitó a escribir un reportaje acerca de su obra. Le contesté que con mucho gusto. Me preguntó cuánto le cobraría por hacerlo. Le dije que nada, que a mí me pagaba el periódico, no el entrevistado. Aníbal insistió en que quería pagarme. Me ofreció pagar el equivalente a un año del colegio de mis hijos o que yo podía escoger cualquier obra de él y quedármela. Al pagarme, obtenía el derecho a revisar mi trabajo antes de que saliera, como si fuera mi editor, sugiriendo, cortando o agregando. En la columna yo debía reconocer que había recibido un pago por escribirla. Su obra intentaba desenmascarar la “fafa” o “mordida” con la que se compra a algunos periodistas. Aunque me tentó la idea de trabajar con un artista como Aníbal y de entender su eterno cuestionamiento, no me convencía que para ello, yo debía sacrificar mi nombre que es lo único que un periodista tiene. Tras pensarlo mucho, le contesté que sí, aceptaba el trato pero que no quería ni dinero ni una pieza de arte, lo haría a cambio de que me diera su cédula de vecindad original, la A-1 53167, la que le daba su nombre artístico. Mi trato era: mi nombre a cambio de su nombre. No aceptó. Y yo ya nunca lo entrevisté. Aníbal murió la semana pasada, me alegra que quede su obra cuestionando los límites de la moralidad, acusando y poniéndonos a pensar.
Foto cortesía de Sergio Valdés Pedroni.