miércoles, 25 de julio de 2012

Explotando Atitlán

Todo aquel que ha puesto un pie en el lago de Atitlán ha sentido la conmovedora belleza de su presencia. Hasta las almas más duras, suelen ablandarse ante un atardecer frente a los volcanes. Atitlán es el lugar perfecto para enamorarse, para creer en el paraíso, la utopía y el bien común. Cuando un extranjero visita Guatemala, tiene que hacer parada obligatoria en el laguito. Siempre le faltarán días para conocer la enorme diversidad de culturas, fauna, flora y tradiciones que se dan en la cuenca del lago. No digamos el montón de deportes y actividades que pueden realizarse como el buceo, el parapente o el remo. Tzutujiles, quichés, kachiqueles, mestizos y extranjeros comparten (no exentos de conflictos) sus aún cristalinas aguas, tomando cada día más conciencia de la importancia de cuidarlas. Siempre se ha dicho que el lago tiene algo de mágico porque ha logrado salir más o menos sano, de la cantidad de basura química que llega a sus aguas por medio de basureros clandestinos, deforestación y aguas negras que van directamente al lago. No contentos, con toda esta contaminación que cae diariamente al lago, el Gobierno de Guatemala, ese ente abstracto que nos representa, realizó así muy a escondiditas, un convenio con la minera canadiense Centram Geothermal para la exploración geotérmica en 483 kms. cuadrados dentro de la cuenca de Atitlán para luego implementar la explotación. Yo no sé ni qué pensar, me dan ganas de llorar o de hacer huelga de hambre. Pero algo hay que hacer porque aceptarlo calladitos y de buena gana, no es de cristianos. (Lucha Libre publicada en elPeriódico el 23 de julio del 2012)

miércoles, 18 de julio de 2012

Resilencia y desnutrición

Dicen que somos un país de estúpidos porque la mayoría de nosotros apenas llegamos al metro cincuenta. País de desnutridos, país de tontos nos recuerdan a cada rato. Pero las declaraciones del presidente del CACIF, a propósito de los cambios a la Constitución, me han hecho dudar de la relación entre nutrición e inteligencia. Escuchar expresarse a nuestra elite política y económica bota cualquier teoría de esas. Me he topado con altos y bien nutridos, graduados de los mejores colegios y universidades del país, gesticular con menos coherencia que un pegamentero cualquiera. He visto perros callejeros, pateados y desnutridos con una sensibilidad y astucia mayor que la de muchos exitosos empresarios. Ese 2% dueño del 60% del país, de tanto casarse entre ellos para fusionar empresas, le ha hecho un daño mayor a su cerebro que toda la falta de vitaminas que padecemos los demás. ¿De qué nos sirve educarnos, sacar doctorados, viajar por el mundo si no somos capaces de indignarnos ante la pobreza y las injusticias? Para mí, un ser humano no vale por sus logros académicos o económicos, sino por su capacidad de botar sus propios prejuicios y privilegios para luchar por un mundo más justo. Mi fe en Guatemala surge de comprender la capacidad de los humanos, por muy desnutridos que sean, de afrontar las peores adversidades saliendo fortalecidos. Lo demás, la verdad, me pela… incluso las campañas disque sociales basadas en una falsa responsabilidad social empresarial.

martes, 10 de julio de 2012

Cabral, la trata y los dipu porno.

Fue uno de los 6, 187 homicidios que según datos del INACIF nos dejó el año 2011. Quizá lo impactante de su muerte fue que era una figura pública, un “famoso”, un extranjero que estaba de paso en Guatemala, cantándole a la paz. El asesinato de Facundo Cabral causó indignación, molestia y hasta vergüenza nacional. El gobierno decretó tres días de duelo y con una agilidad pocas veces vista en la justicia guatemalteca, fueron capturados cuatro sicarios. Un testigo protegido confirmó que el ataque iba dirigido contra Henry Fariña, nombrado en los medios como un “exitoso empresario” que conducía el auto en el que viajaba el cantautor. Luego supimos que el autor intelectual era Alejandro Jiménez, alias el Palidejo, hoy preso en cárcel de Fraijanes. El proceso judicial sigue abierto contra otros involucrados. Sin embargo no se desarticuló la poderosa red de narcotráfico y esclavitud de mujeres que opera en Centroamérica, Colombia y México, y que según la periodista Lydia Cacho está detrás de este crimen “cuyas ganancias multimillonarias terminan en bancos mexicanos y norteamericanos”. Para la periodista mexicana, autora de Esclavas del poder, el asesinato de Cabral podría haber sido la excusa para salvar a miles de niñas que son utilizadas como esclavas sexuales y contrabandeadas como si fueran armas o drogas por nuestra región. Supongo que estamos lejos de que esto suceda, ya que la pornografía y el uso de mujeres como objetos sexuales, es algo muy común entre políticos y altos funcionarios. Recordemos cómo se entretienen los diputados cuando se aburren.

martes, 3 de julio de 2012

Lacrimógenas

Escuchaba las noticias de la radio dentro de mi burbuja, con los vidrios arriba por aquello de los ladrones. Comencé a llorar como una niña, o quizá debería decir como una ministra. No podía parar de llorar. Se escuchaban los gritos de los normalistas. El ministro se oía enojado, bien bravo. Ni modo, a nadie le gusta que lo agarren a pedradas. Escuchaba los jadeos de los colegas periodistas, agitados y asustados. Y los admiraba. Pienso en el reportero Luis Soto con un coágulo en la cabeza por los golpes y siento rabia. A mí me dan terror los conflictos callejeros, soy de las que se paralizan entre bombas molotov y gases lacrimógenos. No me gusta eso de correr para salvar mi vida. Soy de la generación lounge. Pero no podía cambiar de estación y no podía parar de llorar. Me quedé escuchando noticias un poco más. Quería ponerme en los zapatos de las estudiantes de magisterio.¿Qué habría hecho yo de haber sido normalista? Me vi con el uniforme de un colegio privado y no de un instituto. Me vi en mi burbuja. Hice otro esfuerzo ¿Qué tipo de postura tomaría? Definitivamente no sería de las que tiran piedras porque siempre cierro los ojos cuando veo un objeto volador acercándose a mí (por eso no pude ser futbolista). Pero tampoco sería de las que se repliegan sumisas y calladas mientras acatan órdenes. Pienso que mis padres nunca me habrían dado permiso de salir a bochinchear. Me di cuenta que no podía ponerme en el lugar de los estudiantes porque siempre fui sobreprotegida y privilegiada. Así que no me quedó más remedio que seguir llorando en mi burbuja.