miércoles, 30 de noviembre de 2011

Distancia


Sergio Ramírez estrena hoy durante el marco del XIV Festival Ícaro su ópera prima Distancia. El guion está basado en una experiencia real y narra el viaje de 2 días y 150 kilómetros de don Tomás Choc para reencontrase con su única hija, Lucía, a quien no ha visto en 20 años. El staff estuvo conformado por una docena de profesionales, quienes trabajaron durante 20 días en locaciones rurales de Huehuetenango y de Quiché, precisamente en las áreas más golpeadas por la guerra. Ellos cuentan que cuando les explicaban a los lugareños de qué se trataba la película, los comentarios no eran de sorpresa, sino todo lo contrario: “Eso mismo le sucedió a mi vecino”, “Yo conocí a la muchacha que vivió esa historia”, etcétera. Una de las características que diferencia esta película de otras es que los protagonistas no son actores profesionales ni se aprendieron de memoria un guión. Aunque el director, Sergio Ramírez, no habla ningún idioma maya, confió en sus protagonistas, que sí lo hablan, y en la fuerza de las imágenes que estaba viendo para narrar esta sencilla historia de encuentros.



El papel principal recayó sobre Carlos Escalante, de origen quiché, un personaje conocido en el medio artístico quetzalteco por su entrega en los temas culturales y espirituales. Durante la filmación grabó partes en castellano, q’eqchi’, k’iche’ e ixil. Estoy segura de que en esta película nos sorprenderemos con la fotografía y los alucinantes paisajes de Nebaj y sus alrededores. Hoy, a las 20:00 horas, en el Cine Lux.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

De cuentos y princesas



Desde el momento en que nacemos mujeres empezamos a sufrir una serie de violencias que van desde las psicológicas hasta las físicas. Nuestros padres son los primeros, cuando sin consultarnos, nos hacen nuestro primer “piercing” en las orejas, tradición que trae implícito el mandato la coquetería. Nos enfundan en el aburrido color rosado. E irónicamente nos llaman princesas y reinas, aunque muchas mujeres dedicarán su vida a servir a los otros ya sea como empleadas domésticas, amas de casas o esclavas de sus maridos, hermanos y padres. Muchas se volverán especialistas en limpiar la mierda ajena y en la mayoría de casos, gratuitamente. A la hora de ir a la escuela, se les dará prioridad a los hermanos hombres, a pocas de nosotras nos darán permiso de hacer deporte, de correr libremente, de salir de casa sin pedir permiso, de ser dueñas de nuestro propio destino. Al llegar la adolescencia, las mujeres vivimos una esquizofrenia social, una doble moral. Por una lado, nos invitan a ser sexys y guapas y y por el otro lado debemos guardar el recato, el “honor y la pureza”. Utilizan nuestro cuerpo como objeto sexual y de placer pero nos niegan el derecho a tomar las medidas que consideramos necesarias para protegernos. Podría seguir durante días sin acabar, pero lo cierto es que son tiempos de cambios. Las mujeres estamos rompiendo estereotipos y prejuicios. Ya no queremos ser princesas viviendo fantasías y cuentos, queremos hacer historia, como las mujeres que llenan las páginas de “Nosotras, las de la historia, Mujeres en Guatemala (Siglos XIX- XXI)”, un libro extraordinario para conmemorar el Día de la No Violencia contra la mujer.

martes, 15 de noviembre de 2011

Luz y sombra

Tengo en la cabeza sonando la canción de Bohemia Suburbana, “Del fin”. Ellos me quieren callar, no me dejan hablar. Pero no lo van a lograr. A raíz de mi denuncia contra algunos miembros de la Comisión de Seguridad de Panajachel por su participación en actos delictivos he recibido infinidad de felicitaciones de todas partes del mundo y también algunas críticas desde el anonimato. Encapuchados cibernéticos se han tomado la molestia de grabar el par de entrevistas que he dado y desmenuzarlas para encontrarle errores o metidas de pata. Es fácil criticar desde las tinieblas, escondidos como ratas. Es fácil señalar a quien sí da la cara y firma con su nombre. Podría verlo como una pelea injusta pues ellos sí saben quien soy yo, y yo no sé quienes son ellos. Sin embargo, creo en la libertad de expresión, que no es un regalo que nos dieron los militares, pero sí los poetas, los periodistas y por supuesto los filósofos que como Sócrates dieron su vida por defender lo que consideraban justo. Dicen las escrituras mayas que está terminando el período de sombra y oscuridad que ha dominado los últimos siglos, una nueva era se asoma donde la luz y la verdad van a reinar. El sol no puede taparse con un dedo, ni aunque este sea el de enmedio. Yo no tengo miedo de que me conozcan. Soy un libro abierto; es fácil leer en mí, mis virtudes tanto como mis vicios. Y entre estos últimos no se encuentra la cobardía del anonimato, ni el gusto por la violencia. A los que intentan desprestigiarme, les propongo que mejor vayan a hacerle el amor a su pareja. Ahí sí por favor, usen capucha (preservativo).

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Otro ciclo

¡Qué bueno que no vivimos en un mundo estático! ¡Qué aburrido sería acostumbrarnos a todo y no esperar ya sobresaltos ni cambios! Tenemos un nuevo Presidente, que no es un estadista ni mucho menos un hombre de paz. Llegó a donde se encuentra, prometiendo mano dura y recordándonos un pasado de guerra y violencia. Lo bueno es que el Presidente es solo un empleado público con un buen sueldo y con una misión clara de cumplir: velar por los intereses de todos los guatemaltecos. Con el dedo manchado de tinta o con las manos limpias a lo Poncio Pilatos, nuestro trabajo como ciudadanos apenas empieza. Antes de deprimirnos por lo que viene, debemos sacar fuerza de la flaqueza para reivindicar nuestros principios. Yo quiero paz, quiero libertad, quiero justicia, quiero un mundo más parejo; menos dispar, menos violento, más amigable. Por mucho que tengamos a un militar como cabeza de gobierno y Maná siga llenando estadios, ya no son los años ochenta. Ya no pueden seguir sucediendo masacres, ni linchamientos, ni saqueos a las arcas del Estado sin que hayan consecuencias para los que comenten estos actos. Como dice el documental: “La historia de las cosas": somos nosotros, la gente, la que ha creado este sistema en el que vivimos y por lo tanto, somos también quienes podemos cambiarlo. Yo voto por radicalizar nuestros actos y asumir la existencia que nos reclama una conducta digna y solidaria. Son tiempos de cambio y no podemos seguir con actitudes retrógradas. Por cada privilegio que perdemos, ganamos experiencias más enriquecedoras. No hay que temer al cambio.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Carta para Ralón y compañia: (de un anónimo panajachelense)

(OJO: Esto no lo escribí yo Lucía, sino llegó a mi correo).
Hace tiempo que venimos viendo como la injusticia crece a pasos agigantados en este pueblo que alguna vez en lugar de sacar espantadas a las personas que llegaban aquí, se les recibía con una sonrisa, con una buena fiesta o sencillamente con una guitarra (incluso un libro). Experiencias que enmarcadas en este lugar no daban lugar a dudas sobre la magia de la vida y de la verdadera pluriculturalidad de nuestro planeta. Este lugar nos cambio la vida a muchos.
Para algunos de nosotros pobladores del lago, esto llego en la realización de que no deberían de existir las diferencias. No debería de existir la idea de que uno es blanco, de que el otro es indígena y aquel otro es mestizo, o chino o africano. Que si este es budista , católico, islamista o evangélico. Se dice que a un hombre se le debe juzgar por sus acciones.
Alguna vez me recuerdo cometí muchas injusticias. A cada paso, la culpa drenaba mi espíritu, mi conciencia siempre estaba intranquila. Le echaba la culpa a los demás por una vida miserable, por un mundo corrupto y decadente pero sobre todo por la pobreza de imaginación. Y como todos eran así pues entonces yo les saldría corregido y aumentado. Me tomo años darme cuenta de que yo era parte del problema. La decisión de cambiar la tuve aquí en Pana entre mucha fiesta y muchas drogas. Descubrí otras cosas y me embarque en una búsqueda de lo mejor de mi mismo. Encontré que uno gasta la misma energía en hacer cosas grandes y corruptas que en hacer cosas grandes y de beneficio para todos. Se gasta la misma energía en buscar un respeto honesto, que sembrar el miedo en la gente.
Han pasado muchos años ya, y me doy cuenta de que la búsqueda solo terminará el día que muera. El pasado no se puede cambiar, pero si es posible salir del infierno, y si es posible entender en una misma vida, que es la felicidad. La felicidad es servir. Especialmente para tipos como nosotros Juan Manuel. Yo puedo reconocer fácilmente en vos lo que fui alguna vez.
Supongo que te sorprendió mucho que en las pasadas elecciones recibieras tan poca atención a pesar de haber trabajado afanosamente en ganarte la confianza de la población. La explicación es sencilla: “hazte fama y échate a dormir “. Yo que no me encuentro cerca de tu sequito de ciegos, me he llegado a enterar de todas las estupideces en las que estas involucrado. No las voy a mencionar que están mas que enumeradas en todos los periódicos. Este es un pueblo pequeño, nadie mejor que vos para saberlo. En este pueblo vos no te vas a poder redimir, te conocemos demasiado bien y lamentablemente ya has tenido muchas oportunidades desaprovechadas. Aunque hallas cambiado y seas una persona nueva, tu pasado es lo suficientemente oscuro como para no merecer ser la persona que dirija los temas de seguridad en Pana.
Sr. Anleu y Sra. Coello, al principio ustedes dos pintaban para ser las personas que no iban a permitir que los abusos llegaran a suceder. Siempre he tenido la impresión de que al contrario de Juan Manuel, ustedes si buscaban una solución al problema de la seguridad. Aun me parece inconcebible de que ambos se hallan prestado a semejantes barbaridades y siendo personas que representaban la cultura de Panajachel me pareció aún mas ridículo que se prestaran a desprestigiar a Lucia Escobar, a pesar de saber que desde que llego al lago ha estado activa en el tema de comunicación y libre expresión, temas prioritarios en este país después de la guerra.
Usted señor Higueros, hace tiempo que nos tiene defraudados, mucha gente como yo, tenía toda la fe que usted de verdad iba a representar un cambio. Creo que aquí solo puedo aprovechar para incluir que usted es responsable de muchas cosas mas, pues su ineficiencia y sus negocios turbios han dejado a Panajachel en la zozobra. Espero ansiosamente que termine su periodo, y espero que el pueblo de Panajachel se una para demandarlo por la desaparicion de viviendas en el rio durante el Agatha, por los malos manejos de los cientos de millones que usted gasto en un muro para luego volverlo a tirar. Una vez mas nos demuestra que sus bajas pasiones lo dominan mucho mas que el amor a este pueblo.
Les recuerdo a todos ustedes que sobre sus hombros pesa la desaparición y posible muerte de un joven en la flor de su vida. Nunca es tarde para admitir que estaban equivocados, pero en lugar de eso ustedes se prestan a juegos nefastos e intrigas politiqueras concebidas por los intereses mas oscuros en Panajachel.
Tuvieron a su cargo el liderazgo de un grupo de gente cansada de los problemas de inseguridad. Pudieron hacer algo mas efectivo utilizando esa energía en exigir a las autoridades que hagan su trabajo. Pudieron tener el respaldo de los medios, pudieron sembrar el ejemplo en otras iniciativas similares, pero en lugar de eso se prestaron a convertir Panajachel en un pueblo abandonado por el turismo temeroso de abusos.
No quieran tapar el sol con un dedo. Narcos ha habido en Panajachel desde que tengo memoria y jamás sucedieron estos problemas. La drogadicción se previene en casa, en la escuela, incluso en la iglesia, pero si eso no funciona lo que hay que cuestionar es porque, y muy probablemente como yo se darán cuenta de que esa doble moral que se maneja no engaña a ningún adolescente en su sano juicio.
A ustedes señores que han salido encapuchados a patrullar, les pregunto ¿Se sienten bien sabiendo que han tomado el papel de Dios al poner vidas humanas en sus manos? ¿Les gusta esta gran intriga en la cual ustedes forman parte? ¿En que momento perdieron el rumbo? ¿Acaso no quieren un Panajachel esplendoroso donde el respeto al derecho ajeno sea el mayor tesoro que este lugar pueda ofrecer?
Queremos paz en este pueblo, por favor desistan, si de verdad quieren un Panajachel mas seguro únanse a pedir a las autoridades que hagan su trabajo. Que se investigue todo a fondo, el que nada debe nada teme. Dejen a los demás caminar con sus guitarras y libros en la mano, eso es precisamente lo que necesita este pueblo. Abran los ojos, este pueblo solo se puede arreglar con amor y el amor no divide, une a la gente.
Que Dios nos ilumine a todos.
Anonymous Atitlán

martes, 1 de noviembre de 2011

Justicia

Estoy consciente que apenas empieza un proceso largo para que regrese a Panajachel la paz, la seguridad y la ley. La detención de Juan Manuel Ralón y Víctor Anleu es sólo el comienzo para desentrañar un caso muy complejo con raíces muy profundas. (Ver película Toque de Queda). Me preocupa el miedo y el terror que se vive en estos momentos en Panajachel pues los chismes y la desinformación abundan. La gente tiene miedo de que estas detenciones provoquen una ola de violencia más grande, ya que con este golpe a la cabeza de la Comisión de Seguridad quedaría un vacío en la “supuesta seguridad” de población. Me alegro que Ralón y Anleu tengan derecho a un juicio justo y no sean “ajusticiados” de noche por una turba de hombres enardecidos. Nadie merece ser castigado sin haber sido escuchado y juzgado con un procedimiento limpio. Lo que me regresa al caso que desencadenó todo esto; la desaparición de Gilberto Sente Sente que aún no se ha esclarecido y la vulnerabilidad en que se encuentra su esposa, Lorena Caal, una mujer indígena y madre, increíblemente valiente y fuerte, que ahora también es amenazada de muerte y que no cuenta con todo el apoyo internacional y mediático que a mí me ha respaldado. Gustavo Girón, corresponsal de Prensa Libre también ha sido amenazado, al igual que muchas personas en Panajachel que defienden el Estado de Derecho y la ley en el país. Todos deben denunciar estos hechos ante juzgados, fiscalía y al 1555 de la PDH. No sé cómo irá a terminar todo esto ni cuándo pero es importantísimo que los guatemaltecos no quitemos los ojos de lo que sucede en Panajachel y que exijamos a las autoridades guatemaltecas que resuelvan de fondo y de frente el problema de la inseguridad en el área. La vida y la tranquilidad de los panajachelenses esta en juego y en riesgo. El miedo y el terror son contagiosos, pero también el amor, la esperanza y la fuerza. Todos queremos paz.