martes, 30 de septiembre de 2014

Los mensajeros

Después de leer un diario y escuchar o ver las noticias nacionales, la sensación que me queda es de total desamparo. Pareciera que los periódicos están hechos para bajarnos la moral y la autoestima, para ponernos tristes. Pero no es culpa de los periodistas que las noticias sean tan desalentadoras. Los periodistas somos mensajeros, reflejamos lo que sucede a nuestro alrededor. No podemos callarnos del enriquecimiento exprés de la vicepresidenta para alabar que inauguró un chorro. No podemos enaltecer una industria que da cincuenta trabajos pero para eso necesita desalojar cien familias. Ser periodista no es fácil, es incómodo tener que señalar lo que los demás no quieren ver. Destacar solo lo bueno o los logros es relaciones públicas no periodismo. Los gobernantes que no entienden la importancia de la prensa parecen dictadores, no demócratas. Solo en la última semana hemos visto varios ataques graves al Derecho a la Libre Emisión del Pensamiento en Guatemala. La tirria que el gobierno de turno le tiene a ‘elPeriódico’ se ha manifestado en el ataque sistemático a su página web, en el espionaje que evidenció la vicepresidenta comentando las noticias antes de que salieran publicadas. Y en la agresión sufrida por Pavel Vega y Alex Cruz de parte de los guardaespaldas de Roxana Baldetti mientras intentaban hacer su trabajo. Además, este fin de semana Jose Rubén Zamora denunció de nuevo que varias patrullas de la Policía se han estacionado frente a su casa acosándolo y vigilándolo. La guinda en el pastel, es el injusto encarcelamiento de la periodista departamental Norma Sansir mientras cubría las movilizaciones pacíficas del pueblo Chortí. No quiero saber qué sigue. Esto se pone color de hormiga roja, digo naranja. Lucha Libre publicada en
elPeriódico el miércoles 24 de septiembre del 2014)

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Atol con palitos

Pasan las fiestas patrias y por mi alma pasa lo mismo que por mi país: un terremoto de sentimientos encontrados que dejan todo hecho una mierda. La desolación entre bolsitas de plástico y botellas de agua. Después de días de sobredosis de patriotismo a la Tortrix, banderas de todos los azules y tamaños, niños ceiba, niñas monjas blancas, niños quetzal, niños Atanasio Tzul, niños antorcha, chuchitos, tamales, tostadas y atoles, marimba, güipiles, himnos nacionales, desfiles militares y bombas, después de todo eso, agradece una que la celebración patria sea solo una vez al año ¡qué manera de querer al país más patética! La cantidad de basura que somos capaces de producir en cada acto “cívico” es espeluznante. Ahí si somos democráticos, ricos y pobres generan basura que no se va a tratar ni separar, que tarde o temprano terminará ensuciando los ríos y lagos de nuestra Guatechula. Con todo y eso, aquí siempre habrá personas y situaciones de las cuales nos podemos sentir muy orgullosos. Pienso por ejemplo en que Rosina Cazali ganó el Premio Príncipe Claus; en que Benvenuto Chavajay tiene la hermosa exposición de Chunches en el MADC Costa Rica; en los éxitos de las deportistas como Isabel Brand, catalogada como la mejor exponente de América en la prueba individual femenina de pentatlón moderno en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Nanjing; en Andrea Ixchíu representando a la juventud luchadora en Otawa en la Nobel Women’s Initiative; en la próxima universidad de Los Patojos en Jocotenango; y en los llenos totales en los conciertos de rock nacional. Todo eso y muchas cosas más me hacen sentir orgullosa de ser guatemalteca porque hay gente que no descansa en su amor y ganas de mejorar el país. Porque aún hay muchas guatemaltecas y guatemaltecos realmente independientes y rebeldes. Y eso siempre es buena noticia. Columna para elPeriódico de Guatemala.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Enemigo imaginario.

Siempre me ha caído mal la frase que dice: “No hay que hacer cosas buenas que parezcan malas”. Entre más la analizo menos me gusta. Es el típico consejo que fomenta la hipocresía. La recordé cuando vi la invitación del Procurador de los Derechos Humanos en Guatemala para una conferencia de prensa donde dará su postura sobre la aplicación Secret, que dice: fomenta racismo, homofobia, calumnias, difamación y se presta incluso para la pornografía. Eso puede ser cierto pero pienso que dichas actitudes negativas también se pueden leer o ver en los comentarios de las noticias en Facebook, Twitter, en blogs y por supuesto se viven en el día a día en la calle, en los buses, en los colegios. ¿Pornografía? Todo el Internet está lleno de eso, la trata y la explotación sexual de niñas y niños es una realidad en cientos de bares y cantinas del país. Enfoquemos los esfuerzos en salvar vidas no reputaciones. ¿Calumnias? Considero más importante enseñarles a los jóvenes a tener una buena autoestima, a no hacerle caso a los chismes ni al qué dirán ni a los anónimos, que gastar recursos en promover la censura en un espacio tan “importante” como las paredes del baño de un bar de mala muerte. Una hipocresía más en el país donde los presos son asesores del gobierno, los diputados trabajan para las trasnacionales, el enriquecimiento ilícito es bien visto y todo se soluciona creando leyes nuevas y absurdas. Este es el país en donde todos tenemos un enemigo imaginario a quien vapulear desde la oscuridad. Y eso no es secreto.
(PD: Para el gozo de los chismosos, les copio esta foto que me envió mi amigo Juan Carlos Llorca quien buscaba en Secret ¿Quién es Malena? y se encontró con una pelada que me daban a mi. En la oscuridad de las cavernas, algunos tiran mierda a todo lo que se mueva. ¡Paz para las almas grises que viven de hablar de los demás! Yo prefiero dedicarme a los orgasmos. )

miércoles, 3 de septiembre de 2014

De ortodoxos y tz’utujiles

De todos los pueblos asentados en la orilla del lago de Atitlán, San Juan La Laguna es el más limpio y ordenado de todos. Artesanos, tejedoras y pescadores conforman la Asociación de Guías de Ecoturismo Rupalaj K’istalin con resultados sorprendentes para la comunidad. Casas de artistas, pintores y tejedoras se abren a los interesados en la cultura tz’utujil y el pueblo es en sí un museo al aire libre. En todo el 2013 no hubo un solo episodio de violencia en San Juan. Es una lástima que hoy en día, la fama que ha adquirido esta pequeña comunidad, no provenga de sus grandes logros como pueblo sino que de sus desaciertos. Noticias descontextualizadas, parcializadas y amarillistas muestran a los sanjuaneros como intolerantes, debido a la decisión del Consejo de Ancianos, quienes basados en el Derecho Consuetudinario, sugirieron a 230 judíos ortodoxos que buscaran otro lugar para vivir por diferencias culturales irreconciliables. No soy juez ni creo en bandos, ni en buenos salvajes ni en malos judíos. Todos tenemos mucho que aprender de este conflicto. Años de abandono institucional han provocado en el Lago de Atitlán episodios de intolerancia mucho más gruesos que el sucedido en San Juan. Solo hay que recordar las famosas listas de limpieza social en Santiago, los toques de queda en San Pedro, la talanquera que encierra a la gente en San Marcos, los encapuchados que hace un par de años tomaron el control en Panajachel y los linchamientos en Sololá. ¿Herencias de la guerra? ¡Síntomas de una sociedad enferma que se aterroriza con las diferencias y que carece de aptitudes para dialogar! Mi pena es por los niños y niñas de San Juan La Laguna y de la comunidad de judíos ultra ortodoxos Lev Tahor quienes perdieron la oportunidad de convivir, intercambiar y crecer en un mundo multicultural en el que todos quepan y ninguno sobre.