miércoles, 10 de septiembre de 2014

Enemigo imaginario.

Siempre me ha caído mal la frase que dice: “No hay que hacer cosas buenas que parezcan malas”. Entre más la analizo menos me gusta. Es el típico consejo que fomenta la hipocresía. La recordé cuando vi la invitación del Procurador de los Derechos Humanos en Guatemala para una conferencia de prensa donde dará su postura sobre la aplicación Secret, que dice: fomenta racismo, homofobia, calumnias, difamación y se presta incluso para la pornografía. Eso puede ser cierto pero pienso que dichas actitudes negativas también se pueden leer o ver en los comentarios de las noticias en Facebook, Twitter, en blogs y por supuesto se viven en el día a día en la calle, en los buses, en los colegios. ¿Pornografía? Todo el Internet está lleno de eso, la trata y la explotación sexual de niñas y niños es una realidad en cientos de bares y cantinas del país. Enfoquemos los esfuerzos en salvar vidas no reputaciones. ¿Calumnias? Considero más importante enseñarles a los jóvenes a tener una buena autoestima, a no hacerle caso a los chismes ni al qué dirán ni a los anónimos, que gastar recursos en promover la censura en un espacio tan “importante” como las paredes del baño de un bar de mala muerte. Una hipocresía más en el país donde los presos son asesores del gobierno, los diputados trabajan para las trasnacionales, el enriquecimiento ilícito es bien visto y todo se soluciona creando leyes nuevas y absurdas. Este es el país en donde todos tenemos un enemigo imaginario a quien vapulear desde la oscuridad. Y eso no es secreto.
(PD: Para el gozo de los chismosos, les copio esta foto que me envió mi amigo Juan Carlos Llorca quien buscaba en Secret ¿Quién es Malena? y se encontró con una pelada que me daban a mi. En la oscuridad de las cavernas, algunos tiran mierda a todo lo que se mueva. ¡Paz para las almas grises que viven de hablar de los demás! Yo prefiero dedicarme a los orgasmos. )

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No gaste pólvora en zanates, a usted siempre la critican por pura envidia, nadie se atreve a hacerlo en su cara, eso sería otra cosa. ¡Qué bueno que es feliz de nuevo! Los que la queremos sabemos cuánto amo a su pareja.

Unknown dijo...

Me falto decir en un país donde estarían felices de linchar a Andrés Zepeda por traficar 30 tortuguitas pero nadie se indigna por la pesca de arrastre ni por el asesinato de 81 tortugas adultas el año pasado.