martes, 30 de marzo de 2010

Semana Santa (opciones para evocar)


Volver a ser niña arrugada y experimentar con los pies las piscinas de Likín. Manos de viejita, tembladera bajo la toalla y el deseo eterno de más papas fritas mojadas. No hacer caso de las ruinas diluidas en arena negra y murmullos de mar que aconsejan guardar los buenos recuerdos entre conchitas.

Voy en mil regresos, mi estómago un huracán sublevado, pidiéndole a Diosito no vomitar para no arruinar el viaje familiar siempre al borde del caos. Contar los kilómetros para restarle los minutos al tiempo y que aparezca el quetzal de piedra que desde la orilla de la carretera -entre verdes violentos- permanece inmenso en mi memoria.

Escoger el frío de La Montaña para entrar por garita de club campestre. Columpios, en un bosque amigable, churrasqueras y caminitos para perderse. Mis recuerdos enmohecieron pero olores y sensaciones vuelven intactos de aquellos días.

Ser libro leído en hamaca bajo anteojos de sol, lectura de verano para engrasar con bronceador. Coca cola con hielo, coco frío, hielera cervecera. Chancletear bajo las palmeras buscando sapos para volverlos príncipes de un solo beso. Descubrir que la sensualidad también cae en chorros de sudor.

Evocar la Libertad en una playa del otro lado de la frontera.

Sentirse iguana desnuda en las piedras de San Marcos La Laguna, zambullida helada entre turquesas y azules.

Acampar una semana en Chikabal para saber que el amor es para siempre, aunque la neblina a veces borre los contornos de mi laguna sagrada. Confiar en que las noches más frías no apagan el fuego cuando queda el aliento que sopla cenizas y derrite poco a poco las escarchas del corazón.

Bajar corriendo un volcán y llegar exhausta con olor a corozo en la ropa, a tiempo para sentir la procesión por dentro.


lunes, 22 de marzo de 2010

De Nebaj a Toulouse


El largometraje Distancia fue seleccionado para participar en el Festival de los Rencontres Cinémas d'Amérique Latine de Toulouse 2010.

El sol aún no ha salido en la aldea Turanza en Nebaj, Quiché pero la actividad comenzó desde la madrugada para un pequeño equipo de producción que prepara la filmación de una escena donde el protagonista deja su trabajo en la parcela para emprender el viaje más importante de su vida.

Distancia” es el primer largo del cineasta guatemalteco Sergio Ramírez y narra el viaje de dos días y 150 kilómetros de Don Tomás Choc para reencontrase con su única hija, Lucía, a quién no ha visto en veinte años.

Con este sencillo argumento, Ramírez apuesta por el cine de autor, y realiza una producción modesta en términos económicos (menos de 25 mil dólares), que pone énfasis en la historia y las imágenes.

El plan es que no hay plan

Los protagonistas no recitan un guión aprendido. En la escena filmada en la Cantina el Corralazo, el personaje principal platica en idioma quiché con un ex guerrillero (curiosamente interpretado por un ex PAC). El director, Ramírez, no conoce el idioma pero confía en lo que su ojo esta viendo, en la fuerza de las imágenes y en sus protagonistas.

El papel principal recae sobre Carlos Escalante, de origen quiché, quién no es actor profesional pero es un personaje conocido en el medio artístico quetzalteco por su entrega en los temas culturales y espirituales. Durante la filmación ha tenido que grabar partes en los idiomas castellano, q’eqchí, quiché e ixil.

El equipo técnico conformado por una docena de profesionales trabajo durante más de veinte días en locaciones rurales de Huehuetenango y Quiché, precisamente en las áreas más golpeadas por la guerra. Quizá por eso, cuando han tenido que explicar a los lugareños de que se trata la película, los comentarios han mostrado empatía con el tema. “Eso mismo le sucedió a mi vecino”, “Yo conocí a muchacha que vivió esa historia.”, etc.

El guión esta basado en una experiencia real, de la que Sergio Ramírez fue testigo cuando trabajaba grabando un video documental. Durante el rodaje, también se fue editando. En las noches bajaban las imágenes en una computadora y el cubano Joel Prieto las editaba con la finalidad de estar a tiempo para presentarse en el festival de Toulouse, con el que director y productor habían tenido contacto previo.

La brecha para este festival la abrió el cineasta Julio Hernández, quién participó y ganó apoyo económico para su primer largometraje Gasolina. “El año pasado, Melindrosa Films de Hernández nos cedió su lugar para poder presentar Distancia” comenta Joaquín Ruano, productor.

Ahora están contentos porque fueron seleccionados para concursar con otras seis películas. Los ganadores se anuncian durante la clausura, el 28 de marzo. El premio consiste en la financiación de la posproducción del proyecto en Francia que puede incluir con prestaciones de servicios de sonido, edición de sonido o mezcla o proporcionan los subtítulos de traducción / adaptación de subtítulos al francés o la distribución o difusión entre los 63 miembros de Europa Distribution (de 19 países europeos).

Así que las primeras escenas de cine guatemalteco filmado en Nebaj, serán vistas estos días en Toulouse.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Nahamán:

Lo recuerdo todo como si hubiera sido ayer. Era una noche cualquiera, la luna escondida entre la sombra negra de los edificios y una nube naranja cubriendo la ciudad. Nos juntamos en la sexta avenida y doce calle, después de pasar el día vagabundeando, cada quien en lo suyo. Semi escondido bajo la manga, el pegamento para aferrarnos a la vida, al pasar de los días y las noches, la soledad, la vagancia, el desdén de nuestros padres, los golpes de la sociedad y nuestra propia suciedad pegada a la piel y reflejada en los ojos de aquellos que huían de nosotros, a veces con la suerte de la moneda previamente arrojada.

Pero esa noche, estaban los perros. Furiosos, babeando muerte. Nos vieron y el odio en su mirada como cuchillazo fino. Comenzaron a arrebatarnos el pegamento, nuestra fuente breve de felicidad y paz. Vos, Nahamán te resististe, te hiciste el macho, mula que sos, te dije. Luego sólo fueron patadas, una lluvia triste y metálica del golpe sobre tu adolescencia desnutrida. Nunca olvidaré los ruidos del dolor en tus huesos y las risas de los cuatro policías que te hicieron mierda. Ahí te dejaron desangrado y tirado en medio de la calle.

Diez días después, tu cuerpo maltrecho no aguantó más y te fuiste. Cómo te lloramos, cómo lucharon porque no quedara tu historia en el olvido, tus trece años, tus ganas de regresar algún día a El Salvador, de ser alguien en la vida.

Pero éramos sólo niños de la calle, piltrafas semi humanas estorbosas, la mugre que se esconde y se elimina. A los policías que te mataron, les hicieron un juicio, entraron a la cárcel, pero sólo de mentiritas, al ratito salieron. Vos, te volviste símbolo de tristeza, de abandono. Hasta un día al año te dedicaron: el de la no violencia contra la niñez.

Pero en la calle, todo sigue igual.

No creerías que la Su ya es abuela, y que todos nuestros cuates se han ido muriendo, los han matado o entran y salen de la cárcel. El pega sigue siendo nuestro único consuelo, aunque nos mate a inhaladitas.

martes, 9 de marzo de 2010

Somos ellas




Foto: Día internacional de la mujer 2005? o por ahí... con la Claudia Navas....

Me hamacaba en la oscuridad y el jardín era un museo de esculturas negras. Pensaba en lo difícil que es ir creciendo. ¿Por qué a la luna le resultará tan sencillo?
De pronto, oí un par de golpes secos seguidos de chillidos. Alcancé a escuchar: “¡Sos una reverenda puta, puta, puta! ¡La gran puta que sos!”
Se me aguadaron las piernas, temblorcito nervioso, un chorro de bilis golpeó la boca de mi esófago. Los gritos no eran de mi vecindario inmediato, venían un poco más lejos. Sin embargo, escuchaba la pelea como si se estuviera dando en mi propio jardín. El viento norte traía rescoldos de insultos, puñetazos contra la pared, enojo derramado. Desde la seguridad de mi casa, sentí miedo, pena por ella. La van a matar.
Y de pronto balazos en el aire: PUM, PUM, PUM. Me cagué. ¿Serán o no serán? Ni saldo para llamar la policía. Entré al dormitorio a ver a los niños. Tan tranquilos.
Volví a salir al jardín, agudicé el oído: sólo los perros parecían entender el peligro, ladraban. Me senté en la oscuridad con el corazón aceleradísimo.
Yo también pude ser ella, puedo ser ella, podría ser ella. Será sólo una estadística más para engrosar los casos de violencia contra la mujer.
Un día antes, en Sololá, nos topamos con una ambulancia en el momento justo en que los bomberos atendían a una señora presuntamente macheteada. Un día después las portadas de los periódicos muestran a Nineth Montenegro amenazada por hacer bien su trabajo. Y los análisis de violencia que nos ubican a la par de los rusos en términos de machismo. Y la historia de Candelaria Acabal Alvarado clavándose en mi corazón.
¿Cómo se celebra el día de la mujer así?






(Lucha Libre publicada el 10 de marzo del 2009 en el periódico)

miércoles, 3 de marzo de 2010

Sueño en río



No es novela de caballería pero me hace soñar con molinos de vientos.

El río cerca de mi casa, es un río urbano que atraviesa y parte en dos a mi pueblo.

Y aunque la ley nacional diga que nadie puede ser dueño de las orillas de lagos y ríos, en la práctica no es así. Hecha la ley, hecha la trampa.

Y así resulta que el río San Francisco en Panajachel en realidad no es río, fíjese usted, es riachuelo. Sí, bravo en invierno y débil en verano. Conocimos su furia destructora durante el Huracán Stan cuando crecidito se llevó más de cien casas.

Dice Cardoza y Aragón, sin haber estado ahí: El río arrastra árboles, espectros, calendas, y confunde su corriente con la Vía Láctea, y lava las nubes, los desfalcos y los calcetines.

Mi río urbano divide con su mierda chorreante, al barrio Jucanya’ de Panajachel centro.

Es el paisaje más apocalíptico con el que me topo diariamente. Es sucio y apesta.

Sin embargo, ha sucedido un pequeño milagro en él. Desde hace casi un mes, un parche verde de esperanza ha surgido entre sus aguas grises.

Un grupo de vecinos heterogéneos y decididos realizaron la primera acción concreta para devolverle su dignidad. Realizaron un humedal ecológico, sembraron bananos, plantas de caña, bambú y están por incorporar las ninfas y otras especies como el sauce que se alimentan de las aguas grises que la municipalidad impunemente filtra por ahí.

Gracias a ellos, hoy puedo soñar con un río que une, y no que divide. Puedo imaginar a los areneros, trabajando no sólo por dinero, sino por la comunidad. Puedo soñar con un jardín enorme, un parque infantil, una pista de aterrizaje de parapente y hasta una ciclo vía. En mi sueño no hay concreto, ni cemento, todo se hace con materiales de los alrededores, todo es orgánico, todo es amigable con la naturaleza.

Es sólo un sueño, y créanme puede hacerse realidad, ya que todos somos dueños del río.

No hay ni que juntar firmas, sólo fuerzas.