miércoles, 31 de octubre de 2012

Tenemos

La diversidad de Guatemala alcanza para satisfacer los gustos más disímiles, para darle alegría a cada corazón. Lo ideal debería ser no pelear con las diferencias. Apostar por la tolerancia. Tenemos el “Halloween” para quienes han absorbido la cultura gringa en todo su esplendor, aquellos que aman las calabazas, los disfraces y los dulces. Y tenemos los “contras” que piensan que el Día de Brujas es una maléfica alienación y que el diablo podría aprovecharse de nuestra nobleza y poseernos frenéticamente por estar jugando con el fuego eterno de los caldos. Tenemos el fiambre, esa gran tradición gastronómica gurmé que suele poner en aprietos a las mujeres de la casa en la picadera, picadera y picadera de verduras y embutidos, y que también atenta contra la economía familiar, porque los precios nunca son fijos en este país que juega a especular hasta con el tomate. El fiambre es responsable de los suspiros más nostálgicos entre los guatemaltecos que se encuentran fuera del terruño. Tenemos las carreras de caballo en Todos Santos Cuchumatán, una tradición a la que recomiendo asistir por lo menos una vez en la vida. Tenemos los cementerios grandes y chicos, los cementerios de pueblo con su folclórico colorido, tenemos los llantos y los gritos, las marimbas y los conciertos en los camposantos. Tenemos los más grandes y elaborados barriletes del mundo, que vuelan cada año al cielo con sus mensajes para el más allá. Y lo mejor de todo, es que tenemos la libertad para escoger entre todas estas opciones la que mejor se adapte a nuestras demandas espirituales o consumistas.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Asco

Sesenta y ocho años han pasado desde que Guatemala vivió el momento más emocionante de su vida independiente. La Revolución de Octubre fue el único evento multitudinario capaz de unir a los guatemaltecos para acabar con una dictadura y modificar el rumbo de la sociedad. Aunque hoy la recordemos y conmemoremos con devoción y nostalgia, desde esos gloriosos días no ha crecido en Guatemala otra generación igual, con el valor suficiente para unirse y salir a las calles a hacer historia. Triste nuestro caso. Al contrario, parece que el movimiento social va para atrás. Las patanerías machistas de la Huelga de Dolores, las incoherencias de Joviel Acevedo, los destrozos que cada manifestación deja en la ciudad, nos alejan más del anhelado movimiento cívico. Nadie propone algo capaz de hacernos vibrar de emoción y que nos motive a volcarnos a las calles. ¿O será que la prensa ha puesto solo el foco en los destrozos que dejan las manifestaciones y se ha olvidado de encender el micrófono a las propuestas? O quizá como nos recuerda Marta Sandoval, citando a Bukowski “las verdaderas revoluciones nacen del verdadero asco”. Si es así, a los guatemaltecos nos falta empaparnos un poco más de la realidad; visitar morgues, pasear por hospitales públicos, respirar la pobreza y desolación del país, ver el contraste entre los dueños de la finca y los mozos, inmiscuirnos en la mierda que tenemos por realidad. Quizá llenos de asco, podamos empezar a una revolución, una “era de cambio” y darle un nuevo rumbo al país. Yo, por mi parte, ya tengo ganas de vomitar.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Flores en vida

Soy incrédula de naturaleza, desconfiada. No creo en la justicia del hombre, pero creo en la integridad y moral de ciertos individuos. ¿De dónde viene esa fe? Viene de haber crecido en un hogar donde mamé la preocupación y la entrega de mi madre a su trabajo como jueza de familia durante años. Viene de haberla visto tardes enteras inclinada sobre enormes expedientes, preocupada porque en sus manos y en su juicio de humana estaban los destinos de niños y niñas con problemas familiares, que no tenían casa o que eran maltratados. Ella, que hoy cumple 75 años de vida plena, me ha esculpido poco a poco, día a día con su íntegro ejemplo de mujer profesional. Entre mis recuerdos más preciados guardo sus artículos periodísticos que escribió durante años (con seudónimo) en periódicos y revistas nacionales. Estoy convencida que la forma en la que escribo es apenas una copia, un intento por emularla, por heredar la frescura y sinceridad de sus escritos que han quedado grabados para siempre en mi inconsciente. Mi madre, a la que hice sufrir tanto durante mis años de adolescencia prolongada, solo me ha dado amor y cariño. Un taconazo en la espalda por haberme escapado una tarde, es el único recuerdo violento que tengo de ella, de ahí solo dulzura, entrega y amor. ¿Por qué dedicarle una columna? Porque solemos menospreciar la maternidad, esa entrega anónima y dada por hecho, que forja lo que somos, y por ende la sociedad en que vivimos. Va esta columna que es un ramo de piropos porque como ella dice: “Las flores se deben dar en vida”. ¡Larga vida a mi madre, mujer fuerte y admirable!
(Lucha Libre publicada en elPeriódico 17 de octubre del 2012)A propósito de un comentario leído de la Poniatowska "Soy mujer, soy subjetiva y emocional".

miércoles, 10 de octubre de 2012

Regreso en el tiempo

Viaje en el tiempo En la radio suena Franco de Vita y sobre el asfalto hay sangre k’iché. Los soldados dispararon contra manifestantes en un “confuso accidente”. Ocho muertos, varios heridos, gases lacrimógenos. Cayó la vieja niebla sobre Alaska. Parece una estampa de los años ochenta en Guatemala. Un anuncio del nuevo ron de la licorera, Baktún 13, me regresa al año 2012. No, no estamos en los ochenta por mucho que hayan vuelto de moda las minifaldas de tubo, los flecos y las botas. Aunque el general diga que los disparos fueron al aire; y el presidente del CACIF quiera imponer el derecho a la libre locomoción sobre la vida; y Caballeros piense que ocho son pocos muertos; y aunque el Ministro de Gobernación diga que las heridas eran de machete, no son los ochenta. Me pregunto ¿Cuántos muertos habrá visto en toda su vida Otto Pérez Molina? ¿Habrá algo capaz de conmover su rudo corazón de kaibil? Pero algo hemos avanzado en la espiral del tiempo. Hace treinta años, la Asociación de Alcaldes Comunales de los 48 Cantones de Chwimiq’in’a (Totonicapán) no habría tenido de presidente a una mujer como Carmen Tacám, que con sus 27 años demostró dignidad, fortaleza y rebeldía al declarar a la par del Presidente, la postura de los totonicapenses. El gobierno del presidente Otto Pérez Molina metió la pata y no quiere sacarla. Al contrario, cada nueva declaración de su gabinete ofende. Confío en la lección que nos dará la Asociación de los 48 cantones de Totonicapán en éste apocalíptico 2,012. (Lucha Libre, publicada el miércoles 10 de octubre del 2012 en elperiodico de Guatemala)

jueves, 4 de octubre de 2012

Niñerías

Recuerdo la sensación de extrañeza cuando por primera vez abracé a mi hijo recién nacido. Parecía de otro planeta con sus ojos inmensos y desproporcionados, llenos de curiosidad. Verlo crecer inocente y puro, y saber que yo, su madre, tendría que educarlo, domesticar su risa salvaje, bajarle los humos, disciplinarlo, me causaba y causa un gran desasosiego. ¿Cómo mantener intacta su alma infantil sin volverlo un inútil? ¿Cómo educarlo sin cercenarle la creatividad y la libertad? ¿Dónde está el balance entre hacerlo feliz y que sea funcional en una sociedad? Son preguntas que aún me quitan el sueño y de las que no tengo una respuesta definitiva. Entre consentirlo y reprimirlo suelo inclinarme a lo primero porque traer a un niño al mundo para hacerlo sufrir no me parece lógico. A veces pienso que son los niños quienes educan a los adultos y no al revés como les hacemos creer desde nuestro egocéntrico pensamiento. Los niños son una fuente inagotable de amor, de sabiduría, de verdad, de cuestionamientos inteligentísimos capaces de desarmar cualquier discurso. He escuchado niñas y niños hacer uso de una moral y una lógica propia más atinada que los mandamientos de las religiones más populares. Los adultos no solemos ser tan humildes como para pensar que cada niño con el que nos topamos es un maestro que puede contagiarnos de su inocente visión del mundo y que no por ser inocente es obsoleta o tonta. Tontos los que desprecian y maltratan a la niñez, de ellos no será el reino de los cielos. ¡Niños y niñas del mundo, a tomar el poder y botar gobiernos! Seguro que les sale mejor que nosotros.
(Lucha libre publicada en elperiódico el miércoles 3 de octubre del 2012).