miércoles, 8 de octubre de 2014

La grieta en el sistema

La Doctora y magistrada Claudia Escobar acompañada de tres juezas intachables: Ina Leticia Girón, Patricia Gámez y Ana Vilma Díaz nos dio un ejemplo de entereza, dignidad y valentía. Ninguna de las cuatro tiene cola que le machuquen, se han entregado por completo a una profesión que como ellas mismas dicen, no es nada fácil ya que no quedan bien con nadie. El mensaje que estas operadoras de la justicia hicieron público el domingo pasado es un ventarrón de esperanza y fe en un sistema viciado. Hace tiempo que no escuchaba a un funcionario público referirse a valores importantes como la libertad, la transparencia, la justicia y la consciencia. La renuncia de Claudia Escobar a uno de los puestos públicos más codiciados en el poder Judicial por la “única y exclusiva razón de que el pueblo de Guatemala tiene el derecho a que sus jueces y magistrados sean TOTALMENTE independientes e imparciales” es solo uno de esos actos personales urgentes y necesarios en este país que parece derrumbarse cada día ante la indiferencia general. El sacrificio de la magistrada servirá de poco si en su denuncia no la acompañan los demás jueces dignos y honorables, los magistrados; los distintos sectores de la sociedad guatemalteca, las universidades; los colegios profesionales; la sociedad organizada, todos y todas debemos pronunciarnos en contra de la forma en que fueron electos los magistrados de las Cortes. Aquí no se necesita aprobar nuevas leyes ni reformar la Constitución, solo es necesario que se respeten las normas establecidas en la Ley de Carrera Judicial para que no nos convirtamos en una auténtica dictadura sin división de poderes. Como dice Escobar, la justicia es un asunto de todos no sólo de jueces y abogados.

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