miércoles, 2 de mayo de 2012

De trabajar

Ayer fue el Día del Trabajo que se celebra descansando. Eso, para los que tienen un empleo formal, que son la minoría. La mayoría trabaja con o sin feriado en lo que se conoce como la economía informal; vendedores ambulantes, servicios de limpieza, cuidadores de carros, etcétera, etcétera. Solo ayer me topé con al menos media docena de niños y niñas trabajadores que no tenían la más mínima idea de la existencia del Día del Trabajo. Primero fue Juan, un lustrador de zapatos que estudia de mañana y trabaja de tarde. Después encontré a Sindy, una niña vendedora ambulante de artesanías típicas, que cursa primero primaria en una escuela vespertina y vende sus productos durante el tiempo que le sobra. También me topé con José, quién empaca las compras en el supermercado y ayuda con su diminuto cuerpo a cargar hacia el carro las cajas y bolsas. A los demás no les pregunté los nombres, son tantos, que no me daría tiempo de entablar conversación con ellos. Cada vez que veo a un niño trabajando, me entra una duda ética que nunca logro resolver. ¿Es bueno que Juan me lustre los zapatos o al dejarlo estoy contribuyendo a la explotación del trabajo infantil? ¿Debería de comprarle pitas típicas a Sindy o es mejor que regrese a casa con las manos vacías? ¿Le saldrán hernias a José cada vez que carga mis compras? No tengo respuesta para esas preguntas, ni tengo soluciones para los miles de niños que en Guatemala trabajan. Esto me recuerda cuando en Chajul entrevisté a diez niños de sexto grado primaria, les pregunté qué derechos del niño conocían. Seis de ellos me contestaron: el derecho a trabajar.

8 comentarios:

Juan Pensamiento dijo...

"Mientras en un país haya niños trabajando y adultos sin trabajo, la organización de ese país es una mierda". (Augusto Monterroso)

Andü Abril dijo...

Pues el tema es que en muchos casos les mandan afuera sus padres a puro huevo. Yo no solía comprarles nada, pero me hacía amiga suya y les enseñaba a hacer aviones de papel o manualidades o lo que fuera; En antigua un patojo que siempre vendía pulseras por ahí venía a pasar las tardes en mi casa cuando llovía a mares y su madre le mandaba por ahí a vender, y hacíamos artesanías los dos y eso. Esos niños no son idiotas, y en la calle aprenden mucho; realmente lo mejor que se puede hacer es enseñarles cosas y tratarles como gente que son, creo yo. A los patojos que venden rosas en el pasaje Aycinena les tengo obligados a darme palabra de que no van a tener un cohete jamás xD y nunca les compré nada, pero les hacía aviones de papel y ellos los vendían. Vivos.

Unknown dijo...

Delen click a la foto, es muy bonita, yo la tome.. jeje

Anónimo dijo...

Me gusta como escribe y soy su lectora y me llamó la atención que coincidimos en la vivencia le escribo un breve relato
Y las preguntas que al igual que usted me hice.
Aludos y Bendiciones



En la calle de mi Guatemala
Me levanté como ordinariamente lo hago el día lunes para realizar mi trabajo pensando que sería una semana corta por el feriado del primero de Mayo, soy visitadora médico de la zona 1 y cuando entré a la primer clínica de la zona 1 encontré la carita de un pequeño que me dijo le doy lustre dóña no gracias chiquito voy a prisa al entrar a la clínica la asistente me comentó que el dr. Me recibiría en media hora recordé la carita infantil y me dije voy a platicar con el patojo y de paso lo ayudo.
Me comentó Carlitos de aproximadamente 11 años (aunque tiene la estatura de uno de 8) vos que sos, respondí, yo soy licenciada, el chiquito siguió comentando, que bueno yo si hubiera querido pero no tuve la oportunidad y porque pues, le pregunté, y el respondió fijate que somos 4 hijos yo soy el más grande, lustro, desde que tengo 8 años mi hermana hace el oficio y cuida a mis hermanitos porque mi mamá tiene que salir a trabajar pero mi hermano el José ése si está yendo a la escuela el sí va a tener la oportunidad. Pregunté de nuevo y tu papá vos, no yo no tengo papá me dijo. Pagué un extra por la lustrada no sin hacerle la broma que chille el trapo pues, y regresé a mi trabajo bien lustrada y una cicatriz en el corazón

Como que “ no tiene papá” y la paternidad responsable, sabrán las mujeres que pueden enjuiciar a los papás de sus hijos para que las ayuden a mantenerlos, cuantos Carlitos hay en Guatemala ¿?

Y habrá algún candidato a los derechos humanos que tenga en su plan de trabajo un programa de paternidad responsable cuanto nos evitaríamos el problema de trabajo infantil, maras etc.

Iliana Pineda.

Lili Barrera dijo...

Es fuerte, pero la verdad es que si es conflicto, yo personalmente creo aprender a trabajar nunca es malo, cuando mis hijos quieren dinero se lo tienen que ganar, si no alli tenemos a toda la partida de vagos que se acostumbran solo a estirar la mano para que les regalen todo, yo veo en estos niños que tienes oportunidad de estudiar aunque les toque trabajar un mejor futuro que el de cualquier muchachito que le regalen todo lo que quiere. Lo malo es que muchas veces lo que ellos ganan es solo para los tatas huevones. El trabajo siempre dignifica pero nunca se les debe negar a los niños el derecho a estudiar, aunque trabajen, porque entonces su potencial se incrementa. Yo siempre admiro a los niños trabajadores y les compro, pero el trabajo de concientizar se debe hacer en los padres para que tambien respeten los otros derechos de sus hijos. Mientras tanto, mi hijo me tiene que lavar el carro por el proximo mes para pagar un artefacto de comunicación inalambrica que se llama celular.

Carlos Andres dijo...

Es triste un chico debe de jugar y estudiar, nada mas. Deberia estar leyendo, aunque sea chistes pero igual abriendo su mente no su lomo. Es un maldito sistema de mierda que lleva el pisto a un solo lugar y el grueso sintiendose menos. Que vamos a hacer hay quienes mas preocupados por su Ipad 3 que por lo que puedan hacer por el colectivo

Anónimo dijo...

Hay muchas maneras de verlo, pero yo primero lo veo como una necesidad de la familia de las y los niñas y niños que trabajan en vez de hacer tareas de la escuela o jugar. Si uno quiere ver la tasa de la canasta básica y los ingresos promedios de la gente se entiende porque hay el "derecho de trabajar," como te respondieron esas y esos niñas y niños. Aquí en mi paisito, ahora las y los adolescentes necesitan trabajar para pagar sus estudios en la U (antes les dieron una beca gratis) y las y los niñas y niños hasta que tengan 18 años trabajan para cobrar sus gastos de teléfono, ropa, salir. Entonce no hay trabajo infantil por necesidad de su familia como en Watemaal. Como romper ese ciclo de dependencia de trabajo infantil? Que les empiecen a pagar el doble sueldo y siguen incrementarlo a las y los trabajadores y incorporarlos así en la economía formal. Así incrementará la tasa de impuestos también y ese dinero debe inyectar el gobierno de su parte en la economía para generar más empleo. La única cosa que hace falta es que el estado nunca se ha preocupado por incorporar toda la gente de Watemaal, nunca ha sido un estado responsable, incluyente. Ahí, entonce, el cambio de mente (una de muchos que se necesitan) que se requiere en Watemaal. Trabajo infantil no es necesario ni sano y solo es indicativo de un estado que no se preocupa por su gente. Menos por su niñez.

Anónimo dijo...

Linda foto, Lucía. Me gustó el artículo, también. No comparto mucho de tus formas de "leer" la realidad, pero igual me gusta leer tus artículos, igual te tengo un gran respeto. En este artículo en particular, me gustó mucho el predominio de las preguntas. Eso sí que lo comparto.