miércoles, 23 de mayo de 2012

De trata

Vivimos en un capítulo de los Supersónicos con personajes de los Picapiedras. Aquella imagen del primitivo que le pega con un garrote a la mujer y se la lleva de los pelos, se ha sofisticado. Armas más modernas para un fin primitivo. Hoy en día, la trata de personas, la esclavitud de seres humanos es el tercer negocio ilegal que más dinero mueve en el planeta Tierra. Desde los niños adoptados ilegalmente que hoy viven el “sueño americano” mientras sus verdaderas madres los buscan aquí en el tercer mundo; pasando por la pesadilla de los mojados (especialmente las mujeres que tienen que pagar con su cuerpo el boleto propio y hasta ajenos); hasta el secuestro de adolescentes y niñas para llenar prostíbulos de punta a punta del planeta. ¿Quiénes están atrás de este negocio millonario? ¿Cómo es posible en el siglo XXI seguir traficando con seres humanos? Nos caeríamos de espalda como en los chistes de Condorito si supiéramos quienes están detrás del peor pecado de la humanidad. Banqueros, abogados, políticos, jueces, policías, empresarios son eslabones en la cadena de venta y consumo de personas. Privar de libertad a alguien, ponerle precio a su vida y su dignidad es un horror que ya no deberíamos permitirnos como civilización. Pareciera que la tecnología solo sofistica nuestra animalidad. Nuestra evolución como especie debería dar un giro hacia la humanidad: poner el conocimiento, la tecnología y el trabajo al servicio del bien. De lo contrario es mejor desear nuestra extinción como especie y que nos caiga un meteorito ya.
(Columna Lucha Libre publicada el miércoles 23 de mayo del 2012 en elPeriódico y dedicada con mucho cariño al escritor Julio Prado).

3 comentarios:

Sergio de León dijo...

me atrevo también a añadir que a tu denuncia hay que agregarle que la demanda dentro de ese "mercado" viene, además de los banqueros, políticos, abogados, policías... de periodistas, de padres de familia, de hermanos de mujeres, de esposos, de gente que es como yo o como tú o como tu esposo, y no vemos las implicaciones que conllevan nuestras actividades de "esparcimiento", de nuestra búsqueda de placer. Es un asunto cultural muy grave, pero yo no niego que participé en ese sucio negocio, de una manera inconciente pero no justificable.

Anónimo dijo...

la búsqueda de placeres legales o no se volvió vicio pero que requiere una etapa de depuración como fue en las análogas edad media e inquisición. Entre más avanza esta época del siglo 21 será una sodoma y gomorra mundial pero con muchísima tecnología.

Wendy Werner dijo...

Lucia, tuve la oportunidad de leerla en el periódico el dia de hoy y la felicito, me encanto la forma tan simple y acertada de tratar el tema de la trata de personas. Continue escribiendo tiene mucha habilidad para hacerlo.