martes, 3 de septiembre de 2013

Colores tristes

Cómo duele éste país. Pesa, ahoga, encoge el corazón. Pienso en el suicidio de Mario Francisco Álvarez Baltazar, un niño afro descendiente (les decíamos negros, antes que la corrección política maquillara todo). Imagino cómo habrán sido de infernales los días de Mario en la escuela sufriendo el acoso constante de sus compañeros. Pienso en la indiferencia de sus maestros, de la misma directora que cerró los ojos ante la queja de María Baltazar de que molestaban a su hijo. Pienso en los padres de los compañeros de clase de Mario Francisco, me pregunto si son conscientes de lo que el racismo puede herir a un niño. Me pregunto si esa gente es parte de ese gran porcentaje de creyentes en Dios. Me pregunto en qué tipo de Dios creen. Si es un Dios que discrimina, odia, hace de menos. Me pregunto si en serio creen que Dios es canche y ojos azules. Y si tal razón es suficiente para pensar que un negro, un indio o un chino son menos que un blanco. A veces me da asco éste país con sus banderitas en los carros y el falso patriotismo, la hipocresía, el pecho hinchado en los estadios nacionales cada vez que hay un partido y al mismo tiempo los miles de insultos racistas que caen sobre los jugadores no blancos. Me duele. Y no parece que los guatemaltecos tengamos el sueño común de que un día todos valgamos lo mismo, sin importar nuestro color. Es terrible que un niño se quité la vida por el acoso de otros niños, y que nadie haya querido evitarlo. Hay que ser intolerante con el racismo hasta el punto de negarse a escuchar chistes racistas. El racismo es un delito que mata y entristece. (Lucha Libre publicada el miércoles 4 de septiembre del 2013 en elPeriódico).

3 comentarios:

Unknown dijo...

La foto representa para mí la esperanza de que en la educación de nuestros hijos se encuentra el cambio. Podemos influir a nuestro alrededor enseñando que todos somos iguales, valiosos, y que debemos ser tratados con respeto y amor.

Anónimo dijo...

Sí: dios es canche y tiene ojos claros. ¿no ha visto las películas pues?
Saludos!

Max R. Sierra Wohlers dijo...

Gracias Lucía Escobar;

Me entere de tu columna gracias al Doctor Aguilar, ya que pude escucharte a través de Red Deportiva. Estoy totalmente de acuerdo contigo y me lastima darme cuenta de la realidad en que vivimos. Es difícil incluso hermanar en algunos estratos sociales por apellidos, colores de piel o ascendencia. Tal como tu lo mencionaste en el programa, yo también tengo un niño de la misma edad que Mario Francisco, y llegue tan impactado a la casa que trate de orientarlo hacia como debe de comportarse con personas que son diferentes, ya sea por rasgos o incluso por problemas físicos.

Conversando con el me di cuenta de que caemos en muchos insultos o muchas formas de discriminación hacia un grupo poblacional y lo encontramos gracioso sin reparar que estamos dando un mensaje erróneo a nuestros niños. Las mal llamadas obras tales como "Los Huitecos o Nahuala on line" (Y no tengo nada en contra de ellas, sino contra el mensaje) nos orientan a "mofarnos" de un español introducido a fuerza en nuestro país. Creo que para ninguno sera grato tener que aprender ingles sin estudio alguno, y que encima venga un grupo de Estadounidenses en un Restaurante a burlarse del mal acento que tiene este pobre guatemalteco, tal como inicio el mensaje, "Gracias" por permitirme darme cuenta, a pesar que lo cotidiano nos absorbe, hay personas ayudándonos a abrir los ojos y que realmente están buscando una sociedad mejor para nuestros hijos.