martes, 19 de febrero de 2013

¿Yo, racista?

La Prensa del domingo cuenta que hay “brotes” de racismo en el deporte nacional. A los futbolistas de apellidos indígenas y a los garífunas los insultan o los comparan con monos. Según el reportaje es algo común en los partidos. Los agredidos coinciden en que esto hiere sus sentimientos y ofende su dignidad. Los árbitros no hacen nada aunque constituye un delito punible. A algunos con solo modificar su nombre, les cambia la suerte como al famoso Pin Plata, que podría llamarle a su autobiografía “Siendo Plata me fue mejor, la vida de Juan Carlos Puac, antes de la fama”. O el increíble caso del destacado atleta Doroteo Guamuch Flores que cuenta que cuando ganó la maratón de Boston en 1952, tuvo que cambiarse el nombre “para comodidad de los cronistas que no podían pronunciarlo”, y así pasó a llamarse Mateo Flores, nombre que hoy lleva el Estadio Nacional. ¡Qué vergüenza ese racismo de Estado! En Guatemala no hay brotes de racismo, hay un racismo completamente enraizado en la cultura, los chistes, el deporte, la sociedad, en el día a día del guatemalteco, en las aspiraciones de blanquear la piel, de aclarar el pelo, de hablar en inglés dentro de Guate, de estirarse de la nariz, de buscar en el árbol genealógico al abuelo español, en la vergüenza del apellido indígena, en la pena de la mancha mongólica, en el abuso de poder ante el otro, en el genocidio negado, en el “se te sale el indio”, en el “cuando era chiquita era canchita, en el “hay que mejorar la raza ”. Aquí, no solo hay racismo, sino clasismo, esnobismo y negación. Todos somos racistas (menos yo, por supuesto). Columna publicada el miércoles 20 de febrero en elPeriódico de Guatemala.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

se te olvido mencionar que alli todos tienen cara de indio, les guste o no, el mas racista imbecil es el mas cara de indio....somos mayas, y qué?

buena columna Lucia

saludos

Unknown dijo...

Ya lo había dicho antes el finado Sam COlop
http://www.prensalibre.com/opinion/UCHAXIKbrAlgo-mismo_0_127788101.html

Oscar lópez dijo...

Lucia, me gustan los temas que aborda en su columna de "el periodico"

Le sugiero escribir sobre el control de la natalidad, en mi casa una empleada contaba que su mama habia tenido 10 hijos, pero a los años supe de otra señora que fue madre 19 veces.

Saludos.

Ernesto Fuentes dijo...

Lo mismo ocurrió con el militar Adolfo Venancio Jol. El apellido Jol es de origen Cakchiquel, como Lol y Puac. Todos lo conocemos ahora por su apellido "mejorado" "europeizado" "blanqueado", como corresponde a un héroe de guerra: Adolfo V. Hall. Venancio sonaba a indio tambien, asi que mejor solo la inicial.