miércoles, 14 de mayo de 2014

En un mundo paralelo

Campesinos, viudas, huérfanos e inconformes llegaron el domingo a la capital caminando desde los cuatro puntos cardinales del país. Traían carteles que decían #SiHuboGenocidio. Maestros, estudiantes, transportistas, empresarios, colectivos de la diversidad sexual, religiosos y sindicalistas los recibieron con flores y agua fresca en una inusitada muestra de solidaridad. La diversidad de colores usados y de posturas expresadas no peleó con el objetivo principal de la marcha; defender la vida. Se presume que el primer aniversario de la condena por genocidio y crímenes de la lesa humanidad contra Efraín Ríos Montt fue la gota que derramó el vaso de la indiferencia y logró el milagro del nacimiento de la conciencia y el sentido común de los guatemaltecos. Nadie quedó excluido, todos cabían en esa Guatemala; rojos y cremas de la mano, pobres y ricos, guerrilleros y militares marcharon apoyando la gestión histórica de Claudia Paz y Paz y de la jueza Yasmín Barrios. Exigieron entre otras cosas la protección y atención médica de las miles de niñas que cada año se convierten en madres; el juicio y castigo de los violadores y la aplicación de mano dura para los responsables de la trata con fines de prostitución y/o esclavitud doméstica; además del reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de todas las mujeres. En la marcha se exigió el cese a la persecución penal de los defensores de los derechos humanos y colectivos y se reivindicó la importancia del estado laico como base de una democracia sana. Todo terminó con una fiesta electrónica gratuita en el parque central. No se reportaron heridos, mucho menos enojados. @liberalucha

1 comentario:

Gustavo Pinillos dijo...

Qué bonito su mundo paralelo Lucía, me gustaría tanto que este que vivimos aquí en Guatemala se le pareciera un poco, que distinto sería todo.