martes, 13 de enero de 2015

Todo está perdonado

La redacción del periódico satírico Charlie Hebdo sufrió la semana pasada un violento ataque con un saldo de doce muertos. La noticia conmocionó al mundo más que los 200 masacrados de Nigeria y más que los 16 muertos diarios de Guatemala. Nadie sabe qué despierta nuestra empatía por una u otra tragedia. Quizá lo que nos sorprende tanto es la falta de sentido del humor. Reír y llorar son características intrínsecamente humanas. Así como los volcanes necesitan sacar humo y lava constante para no explotar, así las personas necesitamos reírnos y llorar para liberar preocupaciones. Reír es sano, necesario y además es un derecho humano, por lo visto revolucionario. Durante mis años de colegiala, más de una vez terminé en la dirección por reírme (otra vez fue por toser). Saber reírse tiene que ver con el derecho a la libre expresión. Muchos no entienden exactamente qué es eso de la libertad y proponen restringirla. No hay nada más contradictorio que proponer una libertad de expresión limitada. Ofende que se le pida a la víctima más prudencia y no al victimario más compasión. Seguimos enfocándonos en la minifalda de la violada y no en el pene enfermo del violador. En este mundo de venganzas y revanchas casi nadie pone la otra mejilla. Pero nada nos hace más nobles y más grandes que perdonar, incluso a quien más daño nos ha hecho. Hoy sale a la venta el primer número de Charlie Hebdo después de la masacre, desobedeciendo, una vez más, la prohibición del Islam de representar a Mahoma gráficamente. Pero, si Mahoma no se puede dibujar, ¿cómo saben que el de la portada es Mahoma? @liberalucha

No hay comentarios: