miércoles, 1 de agosto de 2012
Necia con Atitlán
Dicen que no puedo opinar con el corazón sobre Atitlán. Antes debería entrevistar a técnicos, científicos y expertos en energía geotérmica. Quizá debería esperar los estudios de impacto ambiental antes de pegar el grito en el cielo y amenazar con una ridícula huelga de hambre basada en mi cursi sentimiento de amor por un lago, que además de bello es fuente de riqueza para el país. Pero resulta que no me interesa hablar con el lenguaje de los adultos. Quizá soy una “quedada”, a quien le impactó demasiado leer El Principito y que piensa que algo tan impalpable como la magia de un lago es argumento para protegerlo. Ya debería saber que en este mundo lo que importa son los números, las cifras, los datos concretos y comprobables. Debí referirme a los millones de quetzales que el turismo en Atitlán deja al erario público o mencionar lo que significa en términos legales “reserva natural”. Quizá debería hablar de a cuánto se cotizan los bonos de carbono en el mercado internacional, mencionar el precio en dólares de la biodiversidad o tal vez calcular el costo en salud que se gasta de nuestros impuestos en enfermedades relacionadas con el agua contaminada que consumen los habitantes de Atitlán. Tal vez, y sólo tal vez así , aquellos que aman la cifras y el lenguaje técnico me entiendan. Quizá así se preocupen por una de las pocas cosas que aún nos enorgullecen como guatemaltecos. Pero, esta es solo una columna de opinión, en donde suelo poner más el corazón que la razón. Y mi corazón generalmente, no sabe de números.
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4 comentarios:
Estimada Lucia Escobar:
Muy bueno su articulo de hoy en elPeriódico.
Muchas veces los lectores arremeten contra ciertos artículos de opinión pero en ocasiones dejamos pasar inadvertidos unos "tan elegantemente escritos" como el suyo.
Con atentos saludos,
Gerardo Alberto de León
A-1 639939
Bellamente profundo y realista, debemss de tomar conciencia de lo que sucede en nuestro pais, con referente a la contaminacion a lugares que son recursos naturales y de cierta indole turisticos para todos y que nosotros mismos al visitarlos somos parte de esa contaminacion,y lo que yo si puedo decir que viajo seguido a atitlan es que los locales aun no tienen el conocimiento necesario para mejorar el sistema de drenajes y de aguas negras que van a dar a este majestuoso lago, y que son la principal fuente de alimento y proliferacion de la cianobacteria, realmente los gobiernos y ongs deberian de capacitar mejor a las municipalidades y modificar las licencias de construccion de drenajes y reubicarlos en otra via que no llegaran al lago, construir contenedores purificadores de aguas negras para no seguir contaminando y educar a todas las personas con el manejo de desechos, han habido buenas intenciones por gente que nisiquiera es de guatemala, pero como es el dicho solo un leno no arde, desgraciadamente el guatemalteco es un gran individualista que solo ve por su pellejo, no digamos a los gobernantes, y la desigualdad en toda la poblacion genera que nuestra gente indigena se cierre a recibir ideas nuevas, uff es algo muy dificil de reorganizar a estas alturas pero tampoco imposible si realmente todos ponemos de nuestra parte.
me gusto la forma en que aborda la defensa por la magia del lago del lago de Atitlan, parece una lucha difícil, pero el merito esta en despertar la conciencia de este país dormido. saludos
¡Genial! Adelante en la lucha por no permitir nada que pueda afectar el Lago de Atitlán.
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