La lectura del proyecto de “Ley de protección integral del matrimonio y la familia” me ha dado malestar estomacal. Es un bodrio, una farsa, un golpe salvaje contra la dignidad humana y su esencia es la doble moral, la hipocresía, el que dirán. Parece redactada en el siglo XVIII en el estado de Virginia.
Los diputados de la Comisión del Menor y la Familia aseguran que con esta iniciativa defenderán la pureza, naturaleza y razón de ser de la génesis primaria y fundamental del Estado Guatemalteco: La familia. Pero nada dice esa ley de las amenazas latentes y reales que viven las familias guatemaltecas y que son principalmente; la paternidad irresponsable, la pobreza que obliga a emigrar a muchos, y la violencia que cercena y mutila los hogares de los chapines. Nada dice de darle cárcel o pena de muerte a los padres, padrastros, tíos que cometen incesto y que nunca son castigados por tremendo delito.
Lo único que queda claro es que quedarán más desprotegidos todos aquellos niños y niñas que no provengan de una “familia bien”. ¿Qué será de ellos ahora? Si ni siquiera podrán ser consideradas familias porque les falta un padre o una madre o porque son los abuelos o los tíos los que lo cuidan.
¿Y todo para que? Para poder hacer patente un poco más el odio y miedo que tenemos a lo diferente, específicamente a los gays. Como si no fuera suficiente negarles el derecho al trabajo, la paz, la educación, la salud y a una vida digna.
Dicen los del Colectivo de Amigos contra el SIDA: “¿Será que para una población marcada por el estigma, la discriminación y el VIH, casarse en una iglesia católica, es un asunto de máxima prioridad? No, se necesitan programas de prevención, acceso a medicamentos, educación y trabajo”, y por qué no, también una familia.
O qué ¿los homosexuales no tienen Derechos Humanos?
2 comentarios:
Querida Lucía: decime dónde puedo hallar ese proyecto de ley maravillosa, con la que piensan 'enderezarnos' a las mujeres, a los gays y a todos quienes que no seamos hombres machistas y homofóbicos, curas gay o pederastas, pero hipócritas.
Lo que escribiste sobre el Che, que era guapo...¡vaya si era guapo!
Te exijo que publiqués con mayor frecuencia!
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