miércoles, 11 de junio de 2008

De energías

Hemos visto cómo se va poniendo de cara la vida y se nos para el pelo. Sí, con la misma fuerza energética capaz de poner en vertical lo horizontal. La energía, ¿cómo viviríamos sin ella? ¿Cómo viven quienes en pleno siglo veintiuno no disponen de una luz, de una corriente eléctrica para lo mínimo? Cuando del otro lado estamos los que abusamos de ella y del sueño -siempre americano- de acumular más y más electrodomésticos. Abridor de latas eléctrico, horno tostador, horno de microondas, plancha, plancha de pelo, sandwichera, depiladora eléctrica, televisión, computadora, cargador de baterías, hasta el infinito, etc. Nunca acaba nuestra gana de tener más y más, producir más, gastar más, siempre más.
Pero resulta que nos hemos topado de bruces con algunas realidades mundiales. La sangre de la tierra; el petróleo tiene un límite, un precio. Se habla de especulación, no sé qué es, pero suena horrible. Hay cambios climáticos, alzas insospechadas en la canasta básica. Ahora que todos estamos enviciados nos han venido a decir que dejemos de desear tanto ¿para qué un carrito a plazos si lo que cuesta la gasolina? ¿Segura que quieres lavadora de ropa? Tú pagas la luz, entonces.
Y en esos momentos de crisis energética mundial aparecen los listos con grandes ideas. Hagamos muchas hidroeléctricas, talemos lo que queda de bosque, sembremos maíz y produzcamos biodisel, vendamos a tu madre.
¿Por qué no buscar otras soluciones menos drásticas y más acordes a nuestra realidad? ¿Impulsar la utilización de paneles solares aprovechando cantidad de horas diarias que pega el sol en estas latitudes? ¿Estudiar las corrientes de aire, los corredores de viento capaces de producir energía eólica? ¿Y la basura orgánica no produce suficientes gases como para mover algo?
Pero, sobre todo, lo más importante es que se consulte con las poblaciones involucradas sobre lo que quieren, necesitan y desean en sus territorios. No se trata de ir a insertar soluciones inventadas. Cada región tiene sus características geológicas, culturales e históricas necesarias para ir solucionando su destino energético, deber del Gobierno es poner lo que falta para lograrlo.

(Lucha Diaria martes 11 de junio del 2008 en el Quetzalteco)

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