miércoles, 26 de enero de 2011

De payasos que no dan risa

A veces me pregunto si para pertenecer a un partido político en Guatemala te exigen la extirpación de la parte del cerebro dedicada a la creatividad y al pensamiento crítico; o sí en realidad son más listos que eso y estamos ante verdaderos maestros de la publicidad subliminal.


Y es que ayer mientras leí la noticia de los dos nuevos partidos políticos que fueron inscritos ante el Tribunal Supremo Electoral, sentí una extraña urgencia de tomarme una cerveza Victoria y fumarme un cigarro Líder. Parece una broma pero así funciona mi cerebro con las asociaciones. Perdón si ando proyectando vicios, es que a mí las elecciones me producen angustia. Y en esas meditaciones me di cuenta que los políticos en Guatemala son el único gremio que realmente se recicla, reusa y repara hasta el cansancio las ideas, las canciones, las caras, las malas mañas, los logotipos y las piedras. Para todo lo demás, prefieren lo nuevo y mejor si es a crédito.


Estoy segura que si el trabajo de payaso o cómico no estuviera tan mal pagado y desacreditado por la “alta suciedad” muchos políticos podrían haber hecho una carrera exitosa provocando en nosotros arcadas de risa y llanto de alegría. Pero seguramente la pobreza espiritual e intelectual en la que crecieron no les proporcionó las vivencias y lecturas adecuadas necesarias para desarrollar el verdadero ingenio que se necesita para hacernos reír de felicidad y no de pena.
¡Aguas con los votos! Que con esa misma mediocridad con que los políticos repiten sus páteticos gestos memorizados y sus discursos de pacotilla, así nos van a legislar, si llegamos a confiar en ellos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El comal le dijo a la olla

Batfink dijo...

La única utilidad de los políticos -imho- es que nos proporcionan cantidades navegables de estupidez para poder reírnos de ellos. Por supuesto ellos no podrán hacernos reír intencionalmente - hacer reír es un acto intelectual y bueno, sería como pedirle peras a una bolsa de BioCofya.

Lamento escuchar que las elecciones te producen angustia, si te ayuda en algo pensá que es sólo una farsa enorme diseñada para borreguitos que creen que la democracia funciona.

Y vos y yo no somos borreguitos.