miércoles, 19 de marzo de 2014

Paz y Paz

La guerra nunca terminó en Guatemala, se escondió bajo la mesa. Arriba del mantel blanco: las firmas, los generales de ambos lados se daban la mano, sonreían para la foto que exigía la comunidad internacional. Bajo la mesa cruzaron los dedos. Afuera quedaron como siempre los pobres, los soldados y los peones de ambos lados. Los que de verdad se la fajaron en la selva, los que comieron mierda tanto en el ejército como en la guerrilla siguen igual de olvidados. No hubo ganadores. Eso sí, los altos mandos se repartieron embajadas, oenegés, huesos, y entre ellos se cubrieron con la misma chamarra. Prometieron no traicionarse. Durante algunos años, los más ingenuos, los que éramos jóvenes cuando se firmó la Paz, nos creímos el cuento del fin de la guerra, bien felices nos pusimos, recontentos, cómo bailábamos de alegría. Pero a nuestro alrededor, siguieron cayendo los muertos, muchos, demasiados. Tenían balas en el cuerpo, a algunos los quemaban y a nadie le importaba. A saber en qué estaban metidos, seguía diciendo la gente. A la pobreza, a la desigualdad que ya existía en Guatemala, hubo que sumarle el narcotráfico, la globalización y un territorio geográfico cada vez más desgastado: los recursos naturales explotados y el saqueo internacional de todo lo que nos daba orgullo. Y en medio de todo eso, vimos una lucecita de esperanza, una fiscal general, la primera en Guatemala que actuaba diferente. Avanzamos, hubo condenas, creímos un poquito en la justicia. Y ahora la quieren sacar, se asustaron los dueños de la finca, pero el pueblo quiere Paz, mucho más Paz y Paz.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días, distinguida y aquilatada Lucía, honra del periodismo guatemalteco y brillante Guatemalteca. Leo con mucha frecuencia los artículos que usted escribe y que son publicados en la página de oro del elPeriodico, no importa que sea en la última página del mismo medio de comunicación, pero lo que en esa columna se lee, vale la pena volver a leerlo y sentirse muy cómodo y orgulloso de la manera como usted escribe, sin tapujos y sin arrumacos, llamando las cosas pòr su verdadero nombre, independientemenete, quea mas de uno, LE ARDA.

Recuerdo haber leído un artículo que usted llamó, "Busco Médico" y hoy la columna Paz y Paz, muy buena y muy clara, especialmente, en su léxico guatemalteco, sin caer en lo desatinado.

Estaré atento a sus escritos venideros pàra sentirme, como ya le dije, cómodo y muy orgulloso de usted, que espero, que las mujeres que la leen, vean los ovarios que usted tiene para llamar a las cosas por su nombre.

Saludos yh adelante !!!!!!!!

Soy, Jorge Mario Santos Arana.

manuel pinto dijo...

Buenos días Lucía
Leo constantemente sus artículos y en varios estamos bastante de acuerdo. Su lucha con la pluma es importante, siga adelante
Adicional le comparto unos pensamientos que me nacieron un día

Saludos cordiales


Manuel Pinto