Guatemala se cuela siempre en los noticieros de todo el mundo. Lástima que casi siempre es por los extremos a los que llega: extrema pobreza, violencia extrema. Y encima la impunidad total.
Aquí la vida de un ser humano no vale nada. Nos matan por ser mujeres, por ser mareros, por ser pilotos, por hijo’eputas y por diputados, por estudiantes, por inocentes, por error y hasta por placer.
Pero también por ser indígenas. Durante los años del conflicto armado, en más de una ocasión, sobre todo en el triángulo ixil en Quiché se dieron casos concretos de genocidio. Lo escuché de boca de los sobrevivientes, he visto como cubren todo con su tristeza y su búsqueda de justicia. He llorado al leer los casos ilustrativos de genocidio en Memoria del Silencio. He sentido el olor de la muerte en ambiente, he visto cómo las osamentas en Comalapa gritan su muerte. He caminado por los campos de concentración que en Guate tomaban el nombre de “aldeas modelo” o “polos de desarrollo”. Lo hice en Petén y en Quiché. En Acul, un anciano me contó cuando quemaron su primer hogar y como logró recuperar las tejas de aquella vivienda para usarlas en las casas que el ejército les dio con el fin de reubicarlos.
No quiero que el pasado se repita y me enferma la indiferencia con que la Corte de Constitucionalidad Guatemalteca resolvió en diciembre pasado a favor del general retirado Ángel Aníbal Guevara, del coronel Germán Chupina y los generales Efraín Ríos Montt, Oscar Mejía y Benedicto Lucas, además de los civiles Pedro García y Donaldo Alvarez, acusados de genocidio, torturas y terrorismo de Estado.
Lamentablemente nuestro “máximo tribunal de justicia” dijo que España no era competente para llevar a cabo el juicio por estos hechos y anuló el proceso que había abierto el juez Santiago Pedraz. Sin embargo, los tribunales de la Audiencia Nacional madrileña continúan con este caso iniciado a raíz de la denuncia de la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú puso en 1999.
Lástima la falta de madurez que muestran las autoridades guatemaltecas para juzgar este hecho. Y por lo visto la violencia y la muerte seguirán enlutándonos cada día y seguiremos sin aprender del pasado.
(Lucha Diaria del martes 12 febrero del 2008 publicada en elQuetzalteco)
3 comentarios:
mientras los malvados sigan cometiendo crimenes contra la humanidad es nuestro deber seguir senalandolos con el dedo, para que la humanidad sea quien les juzgue...
saludos
Rebeka
He leido su articulo y realmente da pena y verguenza el escuchar tal resolucion.
en verdad que Guatemala es Xtrema.
soy ex alumno del CUNOC graduado del INVO actualmente vivo en USA y como usted he llorado
por esos episodios que apretujaron tanto el corazon y siguen teniendo consecuencias cuando me entero de los desatinos y lastimosa realidad de esta tierra y gente a la que amo entranablemente.
No puedo cambiar esta realidad pero trato de demostrar dia tras dia que no somos limitados y que nada es imposible.
Buena suerte, Lucia.
NS
Estoy de acuerdo en que los responsables de los genocidios y asesinatos que ocurrieron en nuestra historia pasada, presente y también futrura deberían de ser juzgados con todo el rigor, pero creo que deben de ser juzgados por nosotros o por Haya no por los conquistadores u otros países que no han juzgado a sus propios asesinos (¿acaso los españoles han juzgado a los asesinos del período de Franco?)...
Si nuestra justicia es corrupta... debemos de resolver eso también, pero nosotros debemos de juzgar a nuestros asesinos...
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