Cayó encima la lluvia opacando en mi agenda mediática temas como los desaparecidos, Panzós, el rock en los noventas, la minera Marlin, el alza en los hidrocarburos y las tranzas de Anacafé y los diputados.
Hoy sólo soy humedad en constante suicidio vertical. Y es que en mi pueblo, como probablemente también pase en el suyo, basta con un poco de constante y sonante agua para que todo se trastorne y altere. No se salvan ni las calles, ni avenidas con apellido cosmopolita, ni el pueblo más arrecho. Todos somos ciudades de azúcar a lo Meschac Gaba.
Se suspenden las clases en siete departamentos de Guatemala, las carreteras más importantes del país tienen derrumbes e inundaciones. Casas en constante equilibrio sobreviven a la orilla de barrancos y montañas hasta la próxima lluvia. Los tragantes se niegan a tragar más basura y ahora vomitan agua sin parar. Sólo los puentes de Ubico sobreviven las correntadas. El Internet viene y se va y hasta el teléfono tiene las líneas congestionadas. Todo parece sumamente frágil ante la lengua húmeda del cielo.
¡Tanto descontrol en plena era de las comunicaciones! Desde hace casi una semana, cualquier usuario común del Internet pudo seguir paso a paso cada movimiento del huracán en el Alma de Arthur y con ello planificar posibles eventualidades. Pero resulta que a nadie le interesa evitar catástrofes. Talvez aquellas palabras del ex presidente Berger, que los pobres ya están acostumbrados a los desastres de lluvia, caló profundo en nuestra conciencia colectiva. Mientras la Torre del Reformador y el Centro Comercial la Pradera sigan en pie, aquí no ha pasado nada.
La lluvia es para que los poetas hagan poesía.
¡Animó muchachos, que los versos mojados saben mejor!
(Lucha Libre del 4 de junio de elPeriòdico)
6 comentarios:
"Mientras la Torre del Reformador y el Centro Comercial la Pradera sigan en pie, aquí no ha pasado nada."
Muy cierto, y seguirá sin pasar nada mientras no se vean carros destruidos por las ramas de arboles caidos, tragantes deshechos, inundaciones aqui mismo, en el patio trasero, como paso con el Huracan Mitch.
Hasta entonces, los que sufren, se mueren y pasan penas son los del interior.
Y no importa a menos que bloqueen la carretera para ir al Puerto o a la finca.
¡Ah, la lluvia! Podrían haber venido a mí mil reflexiones profundas e importantes sobre la lluvia; pude pensar en la gente que la goza, en la gente que la sufre; en las flores que la agradecen, en las casas que se derrumban; en las tazas de chocolate caliente o en los pies húmedos y fríos; en un abrazo amoroso o en una camioneta atiborrada de gente húmeda. Y sin embargo, lo primero que se me vino a la mente hoy – y no porque esté triste sino porque estoy armando mi disco de canciones ochenteras de ama de casa – es aquella canción ranchera/pop cortavenas de Juanga que canta, divinamente, Rocío Dúrcal. Se llama "Lágrimas y lluvia" y dice así:
Lloviendo está
y a través de la lluvia
hay un triste adiós: un amor termina;
mis lágrimas no miras,
la lluvia las confunde;
y aunque yo estoy llorando,
por mí, no te preocupes
Te vas amor
Adiós, vida mía!
Te llevas contigo toda el alma mía.
Llenaste de recuerdos
a la ciudad entera,
para que de tristeza
poco a poco yo muera
Lloviendo está
por eso es que no ves mis lágrimas;
las mismas que te seguirán a donde vayas...
Y aunque yo sé que nunca más tú volverás
Te esperare, te esperare, aunque no vuelvas más...
De hecho, en este caso no son sólo los del interior los que lo pasan mal, Chris...la gente de la capital que vive en áreas de riesgo como las orillas de barrancos (que tristemente son muchos, muchos, muchos) son los primeros que sufren las lluvias y a quienes sin éxito se ha intentado ayudar.
Juan, lei tu cuento.. segui escribiendo.sobre todo cuando hay lluvia y tristezas que sacar.
Oponiones encontradas
Yo: Que lluvia....... (con cara de asco)
Esteban: si mami, es para que los animalitos del bosque puedan banyarse y crezcan hojas en los arboles (con cara de felicidad)
Yo: si amor, pero yo no soy pajarito y no tengo ganas de mojarme.... Ponete botas, pantalon y chumpa de hule antes de salir...
Esteban: No mami.... (ahora si con cara de asco) mejor corremos rapido.
Yo: no porque nos mojamos (por primera vez pense lo que dije y me di cuenta de que es una idiotez, nadie se enferma por mojarse un cacho)
Esteban: porfavor mami.........
Yo: A ver quien llega primero
Gruesas gotas de lluvia nos caen en la cara mientras saltamos en cuanto charco encontramos. Tambien pueden haber maravillosas tardes de lluvia.
Claro que si.. el Joaquin todos los dias quisiera poder mojarse, pero eso permisos solo una vez al años se dan, para que gozen...
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