La violencia contra las mujeres puede ser tan sutil como un perfume. Cosificarse en fetiche. Evaporarse con el batido de unas alas nocturnas, morder cuellos con pólvora y metal.
La publicidad es uno de los verdugos más crueles del ego femenino. No somos más que consumidoras bobas tras la felicidad, adictas al orgasmo que da la tarjeta de crédito.
No hay moral cuando se trata de vender una adicción, de aprovecharse de una debilidad, de lucrar con la celulitis y las arrugas.
Las religiones más poderosas del mundo construyeron sus imperios jugando con prohibiciones, pecados y castigos eternos hechos a la medida del cuerpo femenino. Todos los miedos ante la profundidad de una mujer, convertidos en opresión.
La castidad de una virgen y la entrega de una madre, trampa mortal para la libertad. El sacrificio cosido en cruceta bajo el corsé de una iglesia.
La buena mujer calla, y aguanta, perdona y espera, suplica y llora, ama y confía. El amor es un anzuelo que no perdona, que no soporta egos. Y en nombre de él, se han cometido las más grandes injusticias, se han construido las peores prisiones. Ella de él. Eterna hija de, esposa de, amante de, vida de prótesis sin alas propias.
Una persona sin autoestima acepta golpes, maltratos, insultos. Cree que se lo merece. La cosificación del ser humano no es patrimonio de una clase social, de un país, de una religión, de un partido político. Una mujer no debería ser una propiedad que se compromete, se vende, se transa, se negocia. No debería verse como una mercancía.
Las mujeres no son objeto de decoración, trofeos de caza, estampitas coleccionables o intercambiables. Para evitar la violencia contra las mujeres, no sólo hacen falta campañas. Empiece en su casa, no críe un macho, no críe una hembra.
Críe seres humanos, son más felices y más plenos.
(La Lucha Libre 26 de noviembre publicada en el Periódico de Guatemala)
Foto: Grafitti en Kalmar Suecia, octubre 2008)
7 comentarios:
El discurso feminista suena vacío, falso, hipócrita; en alguien que anhela tener huevos o verga, para sentir dolor y pelársela respectivamente.
Aunque después quiera cagarse en una puta madre.
Zoila Virginia DLC.
eso es un(a) lector(a) concienzudo(a), que conoce y explora el objeto a mercadear...y que además cae en la trampa como una mosca en la telaraña
que enojo señora Zoila Virginia Dlc. Buena columna señora escobar, aunque no entendi lo que dijo después de la araña
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je.. gracias patricia, voy air a verlo
buenísimo la columna....
Ahora... señora Zoila, digame... en su sano jucio Qué mujer va a envidiar el pene?? discursos freudianos pasados de moda...
lástima que todavía hayan mujeres que se coman el discurso oficial todos los días....
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