miércoles, 21 de noviembre de 2007

Las ecopoderosas


Este año conocí a dos mujeres que me enseñaron mucho sobre el respeto a la naturaleza y la responsabilidad que tenemos de cuidar y proteger el ambiente. Ambas, son residentes del lago de Atitlán, aunque ninguna de ellas nació ahí. Ellas son: Susana Heisse, una californiana que hace casas con basura y Nathalie Verwilghen, quien soñaba con convertir la basura en dinero y lo esta logrando. Ambas tienen proyectos en el lago, que involucran mujeres, niños y desarrollo.¿Cómo es posible que dos extranjeras se preocupen más de la contaminación en Guatemala que los mismos alcaldes, dirigentes e incluso que los propios guatemaltecos?

Yo he visto a Susana escarbando basureros sin vergüenza para encontrar las botellas plásticas que le hacen falta para llenarlas de plásticos y construir una casa, un muro, una banca. La he visto subirse a una mesa frente a cientos de personas para hacer una porra a favor del reciclaje y la separación de basura. La he visto decaída, a punto de tirar todo a la m…, porque no ha tenido eco en las autoridades gubernamentales para acabar con el problema de los desechos inorgánicos en el lago.

A Nath la he visto en su esfuerzo por incorporar al mercado laborarl a más de doscientas sesenta mujeres de cuatro de las aldeas más pobres de Santa Cruz la Laguna: Jaibalito, Tzununá, Pajomel y Chuitzanchol. Ellas han comenzado a ganar algunos ingresos extras a través de empaques desechables que por medio de un sencillo pero estudiado corte y doblez, se van trenzando para producir un material atractivo por sus colores, durabilidad y sobre todo por lo que representan: la posibilidad de sacar materia prima de lo que muchos consideran basura y por lo tanto desechan. Con este material las mujeres realizan bolsas, cinchos, sombreros, billeteras, lapiceras, lo que quieran. Reducen la contaminación, ganan dinero y producen verdaderas obras de arte. Además les encanta porque involucra el tejido y los colores fuertes, algo común en la cultura de las mujeres indígenas. Entre los sueños de Nath, que estoy segura cumplirá, se encuentra vender estos productos en una tienda en la quinta avenida de New York.
Así que gracias a Nathalie y Susana por obligarme a ser parte de este movimiento que pretende que la basura sea una palabra en desuso.

(Columna publicada el martes 20 de noviembre en el Quetzalteco).

1 comentario:

EL ENMASCARADO dijo...

ME LLEGA LA INICIATIVA DE TRANSFORMACION Y RECICLE, pero soy muy exceptico despues de conocer las iniciativas de hippies en las comunidades indigenas de arizona y nuevo mejico, hay un rollo que es cultural y hay que tener muchisimo cuidado y que al momento del corte de caja los europeos se quieren llevar hasta el chucho.
Procesos de transformacion en busqueda de nuevas materias primas, tiene que ser manejado en funcion de TECNOLOGIA DE BAJO IMPACTO y dirigido por las comunidades mismas...Pero hay que sopesar las intenciones, la historia esta ahi para ver las evidencias, y solidaridad si...paternalismos y sentimientos de culpa...Nunca mas.