De tierra

Todos los problemas sociales de los guatemaltecos pasan en algún momento por el tema de la tenencia de tierra. Ahora mismo, Punta Arenas Livingston combustiona. La noticia afecta la precaria economía que vive del turismo. Cuatro turistas belgas fueron secuestrados como protesta por el encarcelamiento del líder campesino Ramiro Choc, acusado de invasión de tierras. Cada día, con solo ojear la prensa, leemos noticias que tienen que ver con el derecho de la gente a tener un pedazo de tierra, un espacio propio para construir una casa o un rancho, sembrar algo de comida. En fin, un lugar donde caer muerto algún día. Pero no es tan fácil lograr un terreno en un país como Guatemala, donde el 90 % de la tierra está en manos del 5 % de siempre. Es casi imposible saltarse las clases sociales, acceder a los derechos básicos, soñar con la casita propia. Ni a la casi desaparecida clase media le es fácil acceder a créditos para comprar un terreno o construir un rancho. Muchos campesinos pobres han empezado a invadir Reservas Naturales destinadas a la conservación ambiental de animales y fauna. Lamentablemente estas acciones nos afectan a todos y en nada resuelven la crisis de vivienda del país. Sólo nos dejan con menos recursos como país para invertir en el futuro. Además, cada vez es más frecuente enterarse de los intentos de algunas mineras internacionales por explotar materiales en las entrañas de las tierras guatemaltecas. Son como zopilotes que no paran de buscar cadáveres. Sin embargo, los lugareños no están dispuestos a perder su herencia a cambio de un traslado inseguro a otro lugar, donde tienen que empezar de cero. Pero eso ha provocado crisis sociales, violencia, desalojos y muertes innecesarias. A muchos les caería bien leer el libro que el Filóchofo presentó la semana pasada y que lleva el nombre de: ¡Tierra, tierra, tierra! En el que hace un recuento histórico de los orígenes de la elevada concentración de este recurso en manos de unos pocos, así como de las resistencias campesinas en distintos momentos de la historia del país. Si no buscamos soluciones de la crisis agraria, este país seguirá acumulando tanta pólvora, que un día, todos volaremos en pedazos.

(Columna Lucha Diaria publicada el martes 18 de marzo del 2008 en elQuetzalteco)