martes, 22 de abril de 2008

Cuando todo sube

No se crea que le sucede sólo a usted. Ahí esta su vecina, su suegra y su prima en la misma situación. Ya no alcanza el dinero para las cosas básicas. Se comenta en los cuchubales, en la camioneta y en el mercado. Ya no importa que solo compremos marca Zuli y que hayamos dejado los lujos para momentos especiales. Ha subido tanto la canasta básica, la gasolina, las cosas simples y cotidianas de la vida, que todos hemos tenido que empezar a hacer sacrificios. Eso o inflar la tarjeta de crédito cómo si fuese un globo que nunca volveremos a ver, pero que lamentablemente no es así pues entre mas crece más cuesta pagar la deuda.
La gasolina ha llegado a un precio altísimo, el dólar bajo y nuestros sueldos siguen siendo igual de anoréxicos que hace algunos años. Más de alguna vez, suspiramos pensando en el dinero fácil, en la promesa de comprar y comprar sin sufrir la deuda. Pero es que en esta vida consumista que nos toco vivir no tenemos muchas opciones para evadir el tropel imparable de comprar y comprar para sentirnos que somos alguien que vale la pena.
Y es por eso que viene a mi mente aquella frase que escuche quizá primero en un concierto de Facundo Cabral, y es que: "rico no es el que más tiene si no él que menos necesita". Y eso quiere decir que tenemos que aprender a desear menos entrar a la maquinaria del consumo. No somos más bellas por usar shampoo marca "mataras", tampoco somos mas hombres con el desodorante Axel y tampoco llegaremos a ser grandes seres humanos por llenar nuestras tarjetas de debito y crédito con deudas imparables. ¿Cómo volver a la inocencia del niño que no conoce marcas? ¿Cómo ser felices sin creer en la promesa del poder del dinero?
No es tan difícil, piénselo bien ¿vale la pena el sacrificio que significa tener que aparentar ser, tener y consumir toda la vida? ¿Vale esa blusa, el reloj, el carro, tanto como para sacrificar tiempo con los niños o con esa mujer que ama? ¿Es el dinero el único camino de la felicidad? ¿O tenemos la opción de ser diferentes y fijarnos en el interior, en la alegría o en la profundidad de una mirada?
Piénselo bien y vera como la carga del consumismo va desapareciendo.

(Lucha Diaria publicada en elQUetzalteco el martes 22 de abril del 2008)

1 comentario:

Johan Bush Walls dijo...

lo malo lucìa es que los niños ya conocen marcas. voy por mi hijo al colegio y està un compañerito de 8 años gritando "que bueno mi mami tiene un celular nuevo".
el consumismo nos agobia en todos lados, hasta en el chiquillo de la calle que te pide dinero para comprarse un dorito y juntar los tazos.