miércoles, 5 de septiembre de 2007

Llegó la hora

La otra semana se realizarán en Guatemala las elecciones para escoger presidentes, alcaldes y diputados. El último año hemos tenido una avalancha de seudo información que ojalá nos hubiera servido para darnos las herramientas para que nuestro voto pueda ser lo mas correcto posible.
Hay varias corrientes de pensamiento que he observado dentro de los columnistas nacionales en los últimos meses. Están los que opinan que es importante ejercer el voto, no importa para quién sea. Son los que consideran que debemos votar por la persona en la que más confiemos sin pensar si tiene o no posibilidades reales de llegar a la presidencia. Por el contrario se encuentran los que dicen que no deberíamos desperdiciar los votos por un candidato que no tiene posibilidades de quedar, si no que escoger entre el menos peor de los candidatos con más posibilidades.
También he escuchado decir que se debe tratar de dar el voto cruzado, eso significa que no deberíamos votar por el mismo partido en las distintas papeletas, si no que distribuir el poder entre varios partidos para evitar lo que llaman aplanadoras en el congreso.
Se que también hay mucha gente que va ir a votar nulo para demostrar que no confía en ningún candidato y que ningún partido político lleno sus expectativas. Y por supuesto, también existen los más irreverentes que seguramente ni se levantarán ese día de su cama pues como dice un colega periodista, no creen ni en el circo, ni en los payasos. Y también conozco personas que desde muy temprano ejercerán su derecho al voto.
Yo la verdad, les confieso, aún estoy indecisa. Creo que son unas elecciones muy complicadas. Y aunque políticamente me siento más cercana al pensamiento de Nineth Montenegro y Rigoberta Menchú, hay cosas que no me gustan de su partido ni de algunos candidatos a diputados que tienen entre sus filas. Es que por mucho que quiera, no logro ser tan ingenua.
Yo se que no hay nadie perfecto en este ambiente político por eso es tan difícil escoger. Pues la decisión es algo parecida al amor: una da todo, confía, se entrega… y no puede saber nunca a ciencia cierta como le van a pagar ese voto de confianza.

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