(Foto: Concejo en pleno de la Alcaldía Indígena de Chichicastenango)Aunque el papel todo lo aguanta y del dicho al hecho hay un gran trecho, celebro la Declaración sobre derechos de pueblos indígenas parida recientemente por Doña Naciones Unidas.
¿Cuántos años tardaron los estados para ver a los pueblos indígenas del mundo y reconocer que no son atrasados, ni salvajes sino sólo diferentes? ¿Cuánto tiempo más pasará para que respete esa diferencia? ¿Y cuánto para valorar el enorme aporte en justicia, ciencia, arte, ecología, espiritualidad, medicina que desde hace cientos de años y hasta el día de hoy empapa con sabiduría milenaria el planeta?
Ser indígena tiene que ver con una palabra abstracta: la identidad, herencia que algunos llevan en la ropa y otros en la lengua, la sangre o en su forma de relacionarse con el cosmos. Para serlo nunca han necesitado declaraciones, ni leyes, ni palmaditas en la espalda, ni reconocimientos. Así han sobrevivido a masacres, genocidios, guerras, migraciones forzadas, invasiones a sus tierras y sitios sagrados, colonizaciones, violaciones a sus religiones, degradación de sus Dioses, autoridades tradicionales y costumbres.
Por eso, aplaudo este nuevo instrumento jurídico que ayudará a construir poco a poco las bases de más Estados respetuosos con lo diferente. Esta declaración es un arma pacifica para ir frenando a personas impertinentes que basadas en supuestas superioridades étnicas actúan como cabezas duras.
Pienso en el párroco de la iglesia católica de San Pedro La Laguna, Oliver Meléndez que ha limitado el acceso de los ajq’ijab al lugar sagrado Chi’Kiqajaay, atreviéndose incluso a colocar sobre el altar maya una imagen de la Virgen Medalla Milagrosa.
Es como mandarle a Ratzinger una replica de Maximón y pedirle que se fume un puro con él.
¿Cuántos años tardaron los estados para ver a los pueblos indígenas del mundo y reconocer que no son atrasados, ni salvajes sino sólo diferentes? ¿Cuánto tiempo más pasará para que respete esa diferencia? ¿Y cuánto para valorar el enorme aporte en justicia, ciencia, arte, ecología, espiritualidad, medicina que desde hace cientos de años y hasta el día de hoy empapa con sabiduría milenaria el planeta?
Ser indígena tiene que ver con una palabra abstracta: la identidad, herencia que algunos llevan en la ropa y otros en la lengua, la sangre o en su forma de relacionarse con el cosmos. Para serlo nunca han necesitado declaraciones, ni leyes, ni palmaditas en la espalda, ni reconocimientos. Así han sobrevivido a masacres, genocidios, guerras, migraciones forzadas, invasiones a sus tierras y sitios sagrados, colonizaciones, violaciones a sus religiones, degradación de sus Dioses, autoridades tradicionales y costumbres.
Por eso, aplaudo este nuevo instrumento jurídico que ayudará a construir poco a poco las bases de más Estados respetuosos con lo diferente. Esta declaración es un arma pacifica para ir frenando a personas impertinentes que basadas en supuestas superioridades étnicas actúan como cabezas duras.
Pienso en el párroco de la iglesia católica de San Pedro La Laguna, Oliver Meléndez que ha limitado el acceso de los ajq’ijab al lugar sagrado Chi’Kiqajaay, atreviéndose incluso a colocar sobre el altar maya una imagen de la Virgen Medalla Milagrosa.
Es como mandarle a Ratzinger una replica de Maximón y pedirle que se fume un puro con él.
Publicado en elPeriódico, Lucha Libre (miércoles 12 septiembre 2007)
12 comentarios:
Lucía: con qué alegría entro a tu blog, que no había descubierto. Lo voy a prender en el mío. Me ha dado gusto leerlo y encontrarme con amigas (en el post anterior) y con los descendientes de los cuates de mi abuelo Flavio, en este post.
Gracias Ana, pues soy nueva en estas y todavía no se mucho como funciona, pero me parece una manera interesante de darle como nueva vida al periodismo que requiere tanto trabajo y tiene un tiempo de vida tan corto (apenas un dia). Y gracias por ser una luz, una guia y un modelo de mujer para tanta gente.
Acabo de leer su artículo "De indios". Que bueno leer artículos como el suyo que superen
la ya tradicional aversión guatemalteca hacia el indígena y lo indígena. Le sugiero leer
el libro de Rosa Pu Tzumux publicado recientemente: "Representaciones sociales mayas y
teoría feminista". En el encontrará planteamientos novedosos que sin duda le interesarán.
En el chat del periodico se puso mas alegre:
http://www.elperiodico.com.gt/es/20070919/12/43849/
Lucha, que onda, te saluda Cristian, me dio tu numero de cel. la Ledy pero no pude localizarte. Es por un proyecto de prevención de desastres allá en Sololá, si te interesa llammame o mandame un corrito, la Katia o Ledy los tienen. Grica, orales.. (que buena columna por cierto, algo así estábamos discutiendo en el blog "Dialogando se entiende la gente", por si querés echarte una visitadita) Hasta pronto...
En serio no sabias??
me mude para aca en abril
jejeej
pero que bueno que aca te veo, que mi blog esta virguito
ahorita le pongo un link al tuyo.
Hay me contas que te parece.
Hey Lucia! igualmente q gusto encontrarte por la red. Seguro iremos a visitar por Pana un dia destos. Gracias por tu saludo.
Q estes bien!
Un Abraso a ti y a la familia.
Que gusto encontrar personas que comprenden la diversidad cultural y el respeto por la diferencia etnica... es algo que como guatemaltecos debemos comprender y respetar para que no se vuelvan a cometer las mismas atrocidades del pasado. saludos Jose Gomez Vasquez
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